MATERIA

Photo by David Hofmann on Unsplash
MATERIA

En ese interés que se despierta hacia esas "ciencias ocultas", cuando nos descubrimos, nuestras meditaciones empiezan a dirigirse a nuestro Ángel Solar o Alma (Yo superior), pero, a veces, ocurre que olvidamos lo que tenemos aquí y ahora, que es nuestro cuerpo.

Lo importante y a la vez menos fácil es encontrar ese equilibrio. La atención al cuerpo es muy importante; no el llamado "culto al cuerpo",pero si esa atención a sus mensajes, los cuales, a veces adormecemos con medicamentos, o simplemente los pasamos de largo.
La vida nos ha dotado de este vehículo maravilloso a la par que complejo, sin el cual no sería posible nuestra manifestación en esta dimensión en la que decidimos ser y estar de acuerdo a nuestra vibración. 
La paradoja es que gracias a lo que "no somos" (cuerpos físico, etéreo, emocional y mental) podemos movernos, actuar, sentir y pensar en este planeta y, de esta forma, vivir y evolucionar hacia lo que Somos en realidad.
Es por eso que os propongo dedicar atención al cuerpo, no solo al físico (sólidos líquidos, gaseosos, tejidos más duros, más blandos, movimiento, acción, todo lo que constituye nuestro físico denso), también al cuerpo etéreo o energético (la vida, la energía que nos transmite el sol a través de este cuerpo) y, por supuesto, atención a nuestra forma de sentir, reaccionar y pensar.

Una vez establecida la atención y coherencia entre estos cuerpos podemos establecer esa anhelada conexión, a través de la mente abstracta con nuestro Ángel Solar, Alma o Cuerpo Causal, que es nuestra manifestación Espiritual, lo que Somos.
Construimos el puente hacia la Mónada(chispa divina), el llamado antakarana.
Por supuesto, mientras vivamos aquí y ahora, debemos atender al cuerpo y a todas sus necesidades, ya que todo lo que hacemos, comemos, bebemos, descansamos, o nos relacionamos, sentimos o pensamos, son los diferentes pasos que damos en dirección a ese puente, en dirección al Espíritu.

El mundo tiene sus pautas: nos ofrece continuamente placeres con la promesa de que así seremos eternamente felices y eso está bien, es, como si dijéramos, "su misión". Mientras somos ignorantes de lo que Somos, nos dejamos arrastrar y caemos continuamente en ese delirio, sin tener en cuenta la ley: al ciclo placentero, le sucede el ciclo opuesto.

El mundo es tal como corresponde a su vibración. El mundo es tal como es y yo no quiero ni debo cambiarlo, hay una conciencia colectiva creadora que necesita todavía esa vibración y por eso se manifiesta.
Otra cosa es lo que yo quiera responsabilizarme de mí mismo y creer y aceptar que todo tiene un significado, aunque yo no lo pueda comprender. Vivo y he nacido en este mundo debido a lo que me corresponde por mi vibración, criticar al mundo es criticarme a mí mismo. La aceptación sincera de las situaciones me llevará a comprender si es que puedo o debo hacer algo, dónde y cómo.
Por lo tanto, sabiendo que Soy Espíritu Eterno viviendo en esta dimensión, gestionaré las circunstancias que la vida y mi propia vibración me traigan, sin rechazar, ni criticar nada, pero poniendo acción coherente en cada situación.
Y ¿cómo se logra esta acción coherente? Estar atento aquí y ahora con lo que tengo aquí y ahora: mi cuerpo, mi forma de ser, de actuar, de sentir, de pensar... sin adormecimientos por falta de descanso, o sin excesos inadecuados, en fin, con plena atención al cuerpo y sus necesidades: no a lo que le gusta, si no a lo que necesita. Una vida sencilla.

Por supuesto eso no quiere decir que no goces de lo que la vida te ofrece, pero siempre con plena consciencia de lo que haces, dices, sientes o piensas. No es posible sentir la Plenitud del Alma si el cuerpo reclama nuestra atención dolorido y cansado o adormecido por excesos no del todo necesarios.
Escucha a tu cuerpo, respira y aclara y centra tu mente.

Gracias por tu atención.
Sesión del tema: martes 23 de abril de 2019