BÚSQUEDAS

Photo by Katerina Kerdi on Unsplash

Esta filosofía vedanta hace hincapié sobre todo en el autoconocimiento, ir a la raíz de ti mismo, ir al problema fundamental. ¿Cuál es? Eliminar la ignorancia sobre uno mismo. Incluso maestros muy avanzados saben que las prácticas y rituales no eliminan la sensación de carencia que hay en ellos y en todos.

Empecemos por definir cuál es la condición humana y qué es lo que compartimos con los animales: compartimos necesidades básicas (comer, dormir, defenderse y aparearse), nos diferencia el intelecto, el razonamiento, el deseo de mejorar el futuro, la capacidad de discernimiento que nos hace dignos de ser humanos. 
En esa escala evolutiva ascendente o superior al reino animal, el intelecto es lo que nos hace ser conscientes de nosotros mismos, esa inteligencia que nos permite emitir juicios sobre nosotros y los demás, compararnos los unos a los otros, y crear así diversos complejos. 
Los animales no emiten juicios ni comparaciones. El animal queda circunscrito a su mundo. Su mundo es su entorno, no crea mundo. Sin embargo, el ser humano transciende su mundo: es capaz de crear poesía, literatura, operaciones matemáticas... no se queda en su mundo físico, y tampoco está gobernado únicamente por sus instintos como el animal. 
El hombre está guiado en parte por sus instintos y en parte por sus valores. Tiene capacidad de decisión, libre albedrío y puede proyectarse hacia el futuro a corto, medio y largo plazo... puede crear objetivos y el animal no. Ese es el cuarto reino de la naturaleza, el ser humano.

En los vedas se establecen cuatro categorías, donde caben todos nuestros objetivos. 
La primera es la búsqueda de seguridad de todo tipo: física y biológica, sentirnos seguros, protegidos, asegurar el presente y el futuro (ahí surgen los infinitos contratos de seguros). La búsqueda de seguridad en el hombre no tiene fin, en los animales tiene un límite. Todo el mundo busca seguridad.

La búsqueda del placer aparece cuando está superada la fase de seguridad. Busco placer, entretenimiento... los animales también juegan cuando se saben seguros. 
En esa búsqueda creo deseos en las diferentes fases de la vida. El placer no tiene límite en el ser humano, siempre quiere algo más y mejor, a diferencia del animal que sí que colma su placer. Todo el mundo busca placer.

La tercera búsqueda es la moral, esa ya no se comparte con el animal. Esta búsqueda se antepone a las dos primeras, ya que éstas necesitan regirse por esta tercera. 
No es malo buscar seguridad y placer, pero no es correcto si en estas búsquedas hiero o abuso de mi poder dañando a los demás para conseguir lo que quiero, ya que entonces no hago buen uso de mi libre albedrío. Esta ley moral ya está en el corazón humano, uno ya sabe cuándo hace daño o abusa de otro sin necesidad de que se lo digan, forma parte de la propia dignidad humana. No todo el mundo está en esta búsqueda.

Y la última búsqueda, la de la liberación. Liberarme del concepto que tengo de mí mismo, que hace que me vea deficiente o carente y esté sometido a las tres primeras búsquedas constantemente. En realidad esta cuarta búsqueda es más bien reconocer que ya Soy lo que Soy. Muy pocos están en este reconocimiento.

Gracias a todos.

Sesión sobre el tema: martes 22 de octubre de 2019