EL PRINCIPIO DE POLARIDAD

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Sesión del martes  6.11.18

EL PRINCIPIO DE POLARIDAD


Este principio nos dice que TODO es doble, DUAL. 

“Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.” (El Kybalion)

Para que algo sea perceptible se necesita un contraste o una variación. Si no hubiese luz, no habría sombras; si no hubiera verdad, no existiría la mentira.
La electricidad también se manifiesta en dos polos, si no no existiría; el trabajo y el reposo; la noche y el día; la vida y la muerte... son pares de opuestos que no pueden existir el uno sin el otro.
Por un momento imaginemos que no hay Sol. Con él desaparecería la luz, pero con ella la sombra; desaparecería el día y, con él, la noche. Y también desaparecería la vida, pero con ella la muerte. El calor y el frío, son en realidad lo mismo en diferentes grados (temperatura) ¿dónde empieza uno y acaba otro?

El amor y el odio son considerados como diametralmente opuestos, pero solo se diferencian en grados. Si aplicamos este principio observamos que, como si fuera una escala, cuanto más subimos, más amor encontramos (vibraciones más altas) y cuanto más bajamos, mas odio encontramos (vibración más baja). No existe ni un amor absoluto ni un odio absoluto y, en el medio de la escala, el agrado y el desagrado son muy difíciles de distinguir.
Una vez entendido este principio, nos damos cuenta de que se necesita el polo opuesto para subsistir y reconocer dónde estamos. Esto nos permite transmutar un estado mental en otro. 
Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas en otras, pero sí las de igual clase. Si caminásemos siempre hacia el este, llegaría un momento que caminaríamos hacia el oeste; si caminásemos siempre hacia el norte, en un momento dado caminaríamos hacia el sur.
El odio puede polarizarse en amor. La pereza puede ir hacia la diligencia. Un hombre cobarde, que sube su vibración a través dela línea miedo-valor, se llenará de valentía y despreciará el peligro.

Todos los estados mentales pueden polarizarse. Conociendo esta Ley puedes cambiar tu actitud y polarizarte en una vibración de más alta frecuencia; el mismo elemento, pero en una densidad más sutil.
EL Espíritu y la Materia son dos polos de lo mismo, en diferentes grados. 
Para categorizar todo esto, llamamos a uno polo positivo y ahí ponemos todo lo bueno; y al otro, polo negativo y ahí nombramos todo lo que no nos gusta. Pues bien, ahora que sabemos esto podemos ponernos en marcha y transmutar, con plena creencia de que podemos hacerlo, un polo en otro; en nosotros mismos y en los demás. Sin fijarnos en el polo negativo, podemos valorar, iluminar, bendecir y desarrollar el polo opuesto; naturalmente con el deseo, la intención y la creencia de que podemos hacerlo, subiendo la vibración.
En definitiva, el “arte de polarizar” se convierte en una fase de la alquimia mental, ya conocida y practicada por los antiguos y modernos Maestros.