EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA

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Sesión del martes 23.10.18




 2. EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA

"Como es arriba, es abajo. Como es abajo, es arriba" (El Kybalion)

Hay muchos planos que no conocemos, pero cuando se aplica este principio los podemos comprender
Todo lo que existe en el mundo físico y tangible es como lo que existe en el mundo metafísico e intangible. Esto significa que en todos los aspectos de la vida rigen las mismas leyes naturales. Los sistemas solares tienen la misma constitución que los átomos.

La misma correspondencia y analogía se ve en el transcurso y ramificación de los ríos en la Tierra, en la corriente sanguínea y nerviosa en el cuerpo, en las ramas de los árboles...
Igualmente existen 7 sonidos o notas musicales, 7 colores, 7 días... y todas las vibraciones de las energías cósmicas se resuelven en grupos de 7.
Incluso en muchos inventos del hombre vemos cómo actúa el principio de analogía o correspondencia: la cámara fotográfica es una copia del ojo de los vertebrados; el piano y el arpa son el reflejo del oído interno.
El Universo es igual al ser humano: las formas más pequeñas que existen son una copia de los grandes sistemas. 

Para saber cómo es lo que está arriba, basta estudiar con detenimiento lo que está abajo. Igual que conociendo los principios de geometría, el hombre puede medir el movimiento de las más lejanas estrellas también este principio nos permite investigar el interior de las células y átomos. Por eso la Naturaleza en su conjunto se llama Universo.
Lo UNO en lo VARIO, por medio de la ARMONÍA (que es la perfecta relación entre las Partes y el TODO). Recuerda la célebre frase griega: "hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo que te rodea"

Si a la hormiga le fuera posible meditar sobre el hombre, aplicando este principio, se le podría explicar que el hombre organiza su vida como ella; pero nada más se le podría decir, porque en su plano de conciencia (siguiendo con este ejemplo) no podría captar nada más. Igual que el hombre, con su mente concreta, no puede comprender planos superiores hasta que, conociéndose a sí mismo, tiene intuiciones de planos más elevados.

O sea que conociéndonos a nosotros mismos podemos entender (dentro de nuestra capacidad), otros planos. Toda acción o situación tiene su analogía o correspondencia en otro nivel. Si me duele la garganta, me preguntare ¿qué es lo que no puedo tragar? O si no puedo digerir, o no quiero ver, o algo me impide avanzar... observando las analogías o correspondencias, puedo ir descubriendo poco a poco la causa de muchas circunstancias de mi vida cotidiana; hechos que se van repitiendo hasta que soy consciente del mensaje que llega. Y, si aprendo la lección, sin culpas, pero con plena responsabilidad de las situaciones que vivo, estas comienzan a mejorar.