¿VÍCTIMA O APRENDIZ?


¿Qué es lo que decides ser? Quizás, hasta ahora, te has creído víctima de las circunstancias: creías que todos los males te venían de afuera, constantemente buscabas culpables y salvadores, ..., pero ahora se rasga el velo de la ignorancia y quieres saber, ahora has descubierto que eres un "aprendiz"? Has descubierto que no hay errores, sino lecciones. Has descubierto tu aprendizaje en todas las situaciones que la vida te brinda y, como aprendiz, sabes que no importa caer, sino levantarse, y volver a caer y levantarse de nuevo hasta que la lección está bien incorporada. Entonces dejas de buscar culpas y te das permiso para ser tal como eres, ya que el aprendiz sabe que no hay obstáculos, sino retos, metas, oportunidades de desaprender lo ilusorio para crecer y aprender (o quizás recordar) lo real.

Reconociendo que no sabes, te dispones a saber. El que cree que sabe, generalmente no es buen alumno.
Así descubrimos el camino del alma. El alma vive experiencias sin etiquetar: no hay experiencia buena o mala, eso son creencias del ego. El alma experimenta, aprende, comprende y evoluciona.
¿Comprendemos que somos un alma?, ¿comprendemos que somos una vibración sutil y eterna, que vive experiencias valiéndose de un instrumento al que llamamos cuerpo/mente?

Lo que sucede es que cuando más me identifico con mi instrumento (cuerpo/mente), más me desidentifico de mi alma, de mi Ser. 
El “ánima” es lo que anima al cuerpo, es la vida en la materia. Si soy consciente de ésto, también dejaré de identificarme con mis roles, los cuales son diversos a lo largo de mi vida: yo interpreto unos papeles, pero siempre vuelvo o, debo volver, a mi centro, a mi Ser, a mi alma. Pero si yo únicamente me valoro y valoro a los demás por el hacer, por el rol, estoy valorando desde la periferia, desde los límites, en el hacer tengo límites y fecha de caducidad.
En el Ser soy lo Real, lo Eterno.

Observémonos, conozcámonos, vivamos el rol que ahora corresponde y volvamos a nuestro centro. Todos los roles tienen principio y fin. La experiencia vivida nos enriquece, sea cual sea, pero después te desapegas de ella y vuelves al Ser, sin juicios ni etiquetas, a lo vivido. Así vas conformando el carácter. El carácter no es innato, quizás sigues modelos que has visto ante ti, pero al tomar conciencia de ello, tú lo puedes remodelar, puedes y “debes”, construir en ti un buen carácter favorable a la manifestación del Ser.

El alma necesita una vibración afín a ella para poder expresarse, una vibración de alegría, de paz, de aceptación, de tolerancia. Cuando estás siempre enfurruñado, o haces críticas o juicios (víctima), o no sonríes nunca, o eres resentido,..., en ese campo vibratorio el alma no puede expresarse, su vibración no es compatible.
Es por eso que, aun hoy, gran parte de la humanidad, no cree ser algo más que un cuerpo/mente, ya que su propio carácter malhumorado y egocéntrico hace que su alma se mantenga en estado potencial, al estar plenamente identificados con la forma hace que eso sea una verdad para ellos y así es. Solo renunciando (no eliminando) al ego, se expresa el Ser. Hasta que no seas consciente del caos, no podrás conquistar el Orden.

En nuestra ignorancia de lo que Somos, el ego ha sido necesario. Identificarnos plenamente con él ha sido una estrategia de supervivencia y evolución, eso nos ha traído al momento presente, pero ahora toca despertar.
Estamos ya en una nueva Era, se nos reclama una nueva vibración, asumir una nueva consciencia dentro de nuestra conciencia individual. 
Sin dejar de actuar en tus roles, actúa desde tu centro, actúa desde el corazón, desde la guía que te proporciona el alma, que es lo real en ti. Entonces modelas un buen carácter y una buena actitud en el aprendiz, la vibración se eleva, tu vida cambia, se llena de paz. YO SOY EL ALMA (oración), EL ALMA SOY YO (respuesta del Ser).

EJERCICIO PRÁCTICO:
No abandones tu práctica diaria. Busca tu espacio, tu instante santo en ti.
Observa tu respiración, tu postura, los mensajes corporales, relájate (inspiración 6, retención 3, exhalación 9, pausa 3) varias veces y observa qué sientes.
Vuelve a tu respiración habitual y da una intención a esa respiración: puedes respirar paz, salud, agradecimiento, quizás un mantra con palabras que eleven tu vibración... DIVINA ESENCIA, YO SOY EN MI, DIVINA ESENCIA ME ENTREGO A TI, o las palabras que tu elijas. Déjate ir y continua esta práctica hasta que tú decidas.
Visualiza tu actitud ante la vida, ¿te sientes bien así? ¿crees tener buen carácter? ¿ves otras opciones en tu realidad? ¿se expande tu plexo solar al imaginarlas? Observa, no busques respuestas.
Decide optar por ti mismo y se abrirán infinitas opciones ante ti.
Toma unas respiraciones profundas, aleja tu diálogo mental y quédate en silencio unos momentos, siente tu Ser, da las gracias.

Trabajo grupal para los lunes 29-02 y 07-03.

Muchas gracias por tu atención.