RECUERDO PARA NUESTROS SERES QUERIDOS AUSENTES


Cuando algún ser querido se va, es natural y conveniente pasar el duelo.  
Si creemos que todo es una continuidad de conciencia, dejaremos marchar a aquel que se va sin apegos y sin reproches. Seguramente, esto no es fácil cuando esa persona es alguien muy allegado y sobre todo hijos, pareja, padres...
La fuerza y la confianza necesarias en este trance solo pueden venir del trabajo interior con nosotros mismos: la confianza en que todo sigue, en que todo tiene un sentido elevado, (aunque no lo podamos entender), la observación sincera de nuestro dolor, que a veces tiene mucho de apego emocional y egóico.

Cuando podamos comprender que solo la forma física tiene principio y fin, aceptaremos la muerte como un cambio. No veremos más a esos seres queridos, pero, a través de nuestro Ser Esencial, podremos comunicarnos, dejando que fluya esa energía, dándoles las gracias por el tiempo que estuvieron con nosotros, por lo que compartimos, por lo que nos enseñaron... recordando que la experiencia de vida que aquí tuvieron fue adecuada y precisa, que no sientan culpa por irse, que no se aferren a nada, que no abandonan nada, que sigan a la Luz Clara y se sientan en Paz.
La vida y la muerte son una, tal como un día completo consta de día y noche.


RITUAL DE LUZ
Busquemos nuestro espacio, observemos nuestro cuerpo, nuestra respiración, acallemos pensamientos y emociones, sin prisas, estamos con nosotros mismos y descansamos en nuestro Ser interior, silencio…
Ahora traemos a nuestra mente el recuerdo de algún ser querido que ya no está y, desde el centro de nuestro Ser, le agradecemos el espacio de vida que compartió con nosotros, el habernos escogido como familia o como amigos. Desde donde estamos, aquí y ahora, le bendecimos y le dejamos ir hacia su propia experiencia, que se entregue a la Luz, que no ha abandonado nada, que su recuerdo es nuestra fuerza y estamos bien, que todo fue y es tal como debe ser y damos gracias. 
Silencio.