PREGUNTAS


Para conocernos debemos parar, respirar, escucharnos. Debemos hacernos preguntas. ¿Crees que eres solo lo que ves de ti? Al igual que lo que ves del mundo, ¿crees que es todo lo que existe? En tal caso, para ti la vida es una tremenda injusticia. Ves separación, los unos contra los otros. Tu percepción de la realidad es respetable, pero no es completa.
Sin embargo, si sientes que eres algo más, sientes la necesidad de profundizar dentro de ti para descubrir ese algo mucho más sutil e imperecedero que eres.

Pero ¿cómo podríamos ir más allá del mundo que vemos? ¿podemos ir más allá de la ilusión, del mundo de las expectativas, del mundo en el que imponemos lo irreal a lo real? ¿cómo es que renunciamos a ser lo que en realidad somos? ¿por qué no descubrir el verdadero sentido de vivir en este aquí y ahora?
 
Son preguntas que podemos hacernos desde nuestro sentir. Preguntas que quizás se hace, desde su inocencia, un bebé cuando llora o se siente abandonado, o cuando enfermamos, o cuando estamos  ante la muerte... Son preguntas más allá del lenguaje de la mente, pero llenas de vida.

Vamos a tratar de preguntarnos, más allá de respondernos. Si me pregunto desde el corazón hallaré la respuesta, pero esa respuesta no es un dogma. Todo es cambiante, toda respuesta es fluida, adaptativa y relativa al instante. Son verdades únicas en un momento de luz único y desde el corazón.

Necesitamos decisión, voluntad para dar un paso en nuestra vida y salir de la competitividad exterior para entrar en el compartir interior. Para dejar de confundir nuestra cualidad con nuestra apariencia. Para descubrirnos en el espejo de los otros, descubrir mi verdadera imagen en las relaciones con los demás. Eso sería avanzar, elevar nuestro nivel de conciencia, nuestra vibración.

Preguntarnos también acerca de nuestras creencias más profundas. ¿Creo verdaderamente que soy una chispa de la Divinidad viviendo en un cuerpo material? ¿Creo de verdad que todo lo que busco afuera está en realidad dentro de mí? ¿Creo que soy plenamente responsable de todo lo que hay en mi realidad?
Si es así, puedo cambiar mi mirada. Dejo de mirar desde la apariencia y miro desde el Ser. Mirar con otros ojos, con los ojos del amor: "...cuando te miro, veo esa faceta de luz que me falta. Siento que me conozco a través de ti y, aunque en apariencia seamos opuestos, eres absolutamente necesario para que yo alcance mi unidad, te doy las gracias."

La unidad de todos los seres humanos, solo la podemos alcanzar desde nuestra propia unicidad individual. No es posible Ser, si no partimos de aceptarnos, y aceptarnos es básicamente mirarnos y reconocernos, aceptar y transcender nuestra parte oscura para llegar a la luz que ya somos.

Y para eso, hay que conquistar primero nuestra paz interior y no buscar la paz solo en las guerras externas. Vivir como seres humanos más allá de razas y fronteras, sin falsos romanticismos o falsas tolerancias.
Emprender la tarea de vivir plenamente la vida con amor. Con un amor que también es a veces exigente, ya que es completo en sí mismo. Y, por fin, emprender la aventura de ser tu mismo, un ser absolutamente irrepetible. Revelar tu propia luz y permitir que cada quien revele la suya, sintiendo que somos partículas de una sola Onda.
Somos únicos, nuestra nota es única. Tal como eres es como el mundo te necesita. Tu única misión es descubrir esa nota y afinarla al máximo.

Meditar, observar y conocerme. Cuando me conozco puedo tallar la roca dura de mi personalidad y construir un carácter fluido, flexible, adecuado para revelar la luz de mi alma. Entonces soy consciente de los mensajes que me trae la vida, sobre todo, a través de las relaciones con los demás.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu espacio, tu momento, quédate tranquilo.
Decide interiorizar, observa tu postura, no fuerces nada, no necesitas una posición especial, solo decidir escucharte, sentirte.
Observa tu ritmo respiratorio. Haz respiraciones integrales, con todo el cuerpo.
Inspira como si el aire entrara por tus pies, dilata el vientre, ensancha los pulmones. Cuando espiras relaja los hombros, contrae el vientre, vacío.
Haz varias respiraciones integrales sintiéndote cada vez más relajado, más tranquilo. Siente tus emociones en paz, tu mente en calma. Agradece la caricia de tu respiración por todo tu cuerpo.
Toma una inspiración profunda y visualízate en un entorno natural y muy agradable, estás en paz.
Ahora mira dentro de ti y pregúntate: ¿me acepto tal como soy? ¿reconozco los distintos espejos que me brinda la vida? ¿me atrevo a reconocer mi propia sombra? ¿me acepto sin culpas? ¿me creo merecedor de todo lo bueno? ¿qué puedo dar al mundo? ¿creo que soy responsable de mi realidad?
No tengas prisa, no fuerces respuestas. Entrégate a tu Ser, agradece esa Luz que hay en ti y confía en que recibirás respuestas en el momento justo y adecuado.
Vuelve tu atención a la respiración y silénciate unos momentos.
Da las gracias y cuando quieras da por terminada la práctica.

Muchas gracias por tu atención.
Trabajo grupal para los lunes 19 y 26 de octubre.