En otras ocasiones ya hemos
hablado del elemento fuego, caracterizado por el verano, el clima yang, la estación de las frutas y crudos
en la alimentación, la actitud tranquila para equilibrar el yang exterior.
Este elemento se asocia con el sistema circulatorio, rige el corazón y el intestino delgado y, si
te entregas y equilibras, te ayuda a desarrollar tu creatividad en oposición a
la rutina.
En el aprendizaje de
todo esto, observamos muchas veces esa dualidad entre nosotros y la persona con
la que más nos relacionamos, la que tú dirías que es tu espejo, aunque a veces
no comprendes ese reflejo.
En estos días de
verano, viviendo este elemento fuego en el que quizás tú sientes tu creatividad
a flor de piel para hacer cosas nuevas, quizás asumir riesgos, aventuras,
imprevistos..., la otra persona expresa lo opuesto: la rutina, que le da seguridad,
el razonamiento en la máxima planificación de las cosas, el no arriesgarse ni
aventurarse a nada..., o quizás eres tú el que expresa esa cara, eso no
importa, no estamos personalizando.
Si estás en el camino
del aprendiz te das cuenta de que eso es la expresión de la dualidad que
vivimos en esta dimensión.
Toma conciencia y
comprende que la cara de la moneda que tú expresas, tiene un reverso en el que
se expresa todo lo contrario. Y que si tú te sientes bien en lo que haces, “alguien”
asume expresar la otra cara quizás menos valorada, decide ensombrecerse para
que tú brilles, ese es el valor implícito.
El universo y la vida
siempre buscan el equilibrio, es por eso que los opuestos se atraen: para que
cada uno comprenda que el otro, siendo como es, le está ayudando a ser como quiere ser. Cuando
comprendes esto, ya no rechazas al otro, ya no le juzgas ni le recriminas su
actitud tan diferente a la tuya, ya que siendo como es te ayuda a que tú seas
como eres; ya no personalizas y comprendes que igual que tú expresas creatividad
y es también la creatividad colectiva, el otro expresa rutina, que no es solo
suya, sino la rutina del colectivo humano.
En el instante en que tú
aceptas esto y lo miras desde otro punto, la distancia entre los opuestos va
disminuyendo. La creatividad y la rutina se van acercando y se integran en el
centro, aparece la Unidad. En este instante todo fluye, no hay bloqueos, todo
es aceptado desde el centro desde el Amor.
Aún en el elemento
fuego, en el que aparentemente hay mucha dispersión, no dejes de interiorizar,
de reflexionar, de centrarte en ti: respira, ama, abraza, sonríe, ayuna, “conócete
a ti mismo y conocerás el universo que te rodea”.
Muchas gracias