LOS CUARENTA DÍAS DEL CAMBIO

Durante este verano propongo hacer un trabajo de autoconocimiento y realizar un proceso de cambio, para quien tenga interés en progresar hacia una conciencia de integración.
En primer lugar, sería interesante visionar atentamente este vídeo:



Date un tiempo (un día o dos) de reflexión para pensar en los aspectos de ti mismo que quisieras mejorar o cambiar.
El trabajo que propongo te ocupará aproximadamente unos quince minutos en la mañana y otros tantos por la noche, durante cuarenta días seguidos (si saltas alguno, vuelta a empezar). 
El vídeo es orientativo, yo te propongo algo más sencillo: puedes escribir tus notas cada día o, si tienes mucha voluntad y perseverancia, puedes hacerlo mentalmente. 
Piensa que no son obligaciones o deberes, son regalos que te haces a ti mismo.

Por la mañana:
1 – ¿Dónde estamos? ¿En qué día de la "cuenta atrás"? 
Comienzas en el día 40 y cada día te sitúas en el día en que estás hasta llegar al día 1, que será el final del proceso.

2 – Prográmate, como máximo, 7 “nacimientos” a una nueva vida. 
Mírate y siente qué te “duele” y qué carencias crees tener. 
Busca objetivos o metas con frases positivas, con la neurolingüística óptima, en positivo, en primera persona, de ti y para ti, en presente, con pasión, y como un hecho ya realizado.
Por ejemplo, si me creo inseguro en las situaciones y quiero cambiarlo, diría: "estoy naciendo a una nueva vida en la que me siento seguro y confiado y disfruto de ello", o "estoy naciendo a una nueva vida en la que gozo de perfecta salud física y mental", o "estoy naciendo a una nueva vida con una economía que me permite disfrutar de todo lo que necesito", o "estoy naciendo a una nueva vida con una relación armónica y coherente conmigo mismo y con los demás"...
Luego construye esos decretos y, aunque los primeros días te parezcan imposibles de conseguir, pon emoción al escribirlo o al decirlo, añade algo cuando lo sientas, pero sin cambiar de tema, usa términos opuestos a las carencias (miedo-confianza, dependencia-autonomía, ...).

3 – Pon un título al día de hoy, que brote de tu intuición, rápido, conciso, un título para un nuevo día sin haberlo vivido. Como el título de una novela antes de haberla escrito.

4 – Agenda evolutiva: decide hoy hacer algo que tienes pendiente hacer, hacia ti o hacia alguien (una llamada, una sonrisa, un regalo, apuntarte a…).

5 – Reflexiona sobre decisiones o acciones que hayas proyectado para hoy, verbaliza pequeños decretos positivos que te ayuden en el día de hoy.


Por la noche:
1- ¿Qué me ha sucedido hoy de especial, mágico o significativo? Retrospección del día: descubre lo que te emocionó, mira el día y descubre la magia. 
El ejercicio de mirar durante 40 días aumenta tu estado de atención a las señales; el camino es benévolo, es sencillo y existen señales para encontrar lo que nos beneficia. Aprende a mirar, a escuchar la intencionalidad evolutiva.

2 – ¿Qué he aprendido hoy de aquello que no me ha gustado, o no ha salido como yo quería? Imprevistos, cosas “negativas”. 
Observa que tienes dos alternativas: quejarte o aprender. El aprendizaje puede ser rápido, o quizás en espacio de días o semanas, será a tu ritmo, pero, cuando aparezca, podrás captar la intención del universo ante el aparente conflicto. La pregunta sería, ¿para qué? El universo es benévolo, pero debemos descubrir sus claves.

3 -  ¿En qué he progresado hoy? o ¿Qué estoy repitiendo?  
No busques grandes cosas, dale importancia a cosas sencillas que has hecho hoy mejor o diferente que ayer. La felicidad es darte cuenta de que estás creciendo.

Es aconsejable tomar cuarenta folios, numerarlos y escribir cada día en el que corresponde, así puedes ver mejor tus progresos que si solo es un trabajo mental, tú decides. 

Durante este verano recibirás recordatorios de refuerzo a tu trabajo y si tienes alguna pregunta o duda contacta conmigo.

Compromiso y perseverancia.
Muchas gracias por tu confianza.