EXPRESIONES LIBERADORAS

Entrar en el templo de los sentimientos y emociones es reconocerlos, ser consciente de ellos, y comprender que no somos esos sentimientos ni esas emociones, sino la conciencia que los puede observar, humanizar, canalizar, consagrar y purificar.
Hoy os propongo un juego de equilibrio emocional: hemos hablado muchas veces de los cinco elementos de la filosofía china, pues bien, cada elemento está representado por determinada expresión emocional y, por lo tanto, ésta es liberadora y canalizadora de las emociones y órganos que rige.
Al elemento agua le corresponde el llanto, mueve el agua de riñones y vejiga, disipa el miedo reprimido y equilibra tu confianza. Permítete llorar cuando aflore el llanto.
En el elemento madera el grito es liberador de la rabia y de la intolerancia, libera toxinas del hígado y vesícula y te vuelve adaptable. Toma inspiraciones profundas y, desde el dan tien (dos dedos por debajo del ombligo) y durante la espiración, emite gritos liberadores desde tus entrañas, no desde la garganta.
En el elemento fuego la risa y la sonrisa equilibran el corazón y el intestino delgado, estimulan la creatividad, te liberan de la rutina y fortalecen la circulación sanguínea. Sientes la emoción básica del amor, la alegría. No la confundas con la exaltación, la alegría es la eterna sonrisa en cualquier experiencia que vivas.
El canto te libera de la duda y de la obsesión, te lleva a la acción y equilibra el bazo, el páncreas y el estomago (elemento tierra). Practica el canto, no hace falta que sepas canciones, deja que salga la canción creativa desde cualquier sentimiento o emoción que experimentes.
Y por último, el gemido te sumerge en la plenitud, te libera de la posesividad y equilibra los pulmones y el intestino grueso (elemento metal). Date permiso para gemir: inspira profundamente y, durante la espiración, deja ir cualquier clase de gemido desde lo más profundo de tu ser.

Podemos probar a experimentar conscientemente estas expresiones tan instintivas y tan humanas, excelentes herramientas de liberación,  que con las reglas sociales la humanidad ha ido reprimiendo.
A través de las vocales, tal como se empezó a comunicar la humanidad antes del lenguaje propiamente dicho, podemos cantar de forma muy sentida e intuitiva la canción de la tristeza, de la paz, de la alegría, etc., expresando diversas emociones cuando éstas surjan. Aaaaeeiouuuu, eeeiuuoooaa…, por ejemplo. Observa cómo tu canto se transforma en un ritual sagrado.

EJERCICIO PRÁCTICO:
La práctica que hoy te propongo es el canto de esas tres canciones únicas, dentro de tu meditación.
Busca tu momento, tu espacio, decide entrar en tu templo interior. 
Observa tu postura, observa tu cuerpo físico y siente su vibración.
Observa tu respiración y dedica unos minutos al ritmo respiratorio (6 – 3 – 9 – 3)
Ahora pon tus manos alrededor de la garganta y emite la A. Siente donde vibra. En la misma nota, siente la E, la I, la O, la U. 
Atención.
Deja ya tus manos sobre tu regazo y canta la canción de la tristeza. Como la sientas y con las vocales que escojas, permítete experimentar la tristeza desde tu corazón y así ésta se consagra. 
Silénciate y observa.
Ahora de la misma forma canta la canción de la paz. 
Silénciate y observa.
Por último y más exultante canta la canción de la alegría hasta el fin de la práctica. 
Silénciate y observa. 
Decide sonreír.

Trabajo para el último día de curso, lunes 16 de junio, celebrando y agradeciendo el solsticio del día 21 y hasta el próximo encuentro en octubre.

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