TIEMPO Y SILENCIO

Seguro que estás pensando en que esta semana tendrás tiempo de… x.
¿Para qué quieres “tener” tiempo?, ¿para seguir perdiéndolo?. 
Tener implica dejar de tener.

En general, queremos “tener” tiempo para algo exterior a nosotros mismos. Siempre hablamos de tener o no tener tiempo, como si el tiempo se pudiera poseer. Después, programamos estos días festivos para desbloquearnos y (palabras textuales muy oídas) olvidarnos de nuestra cotidianidad.
Vivimos en un absurdo constante que nos consume, creyendo que eso es lo que hay que hacer porque "estos días hay que aprovechar el tiempo"; y así el tiempo se convierte en algo que, además de querer tenerlo, queremos aprovecharlo.

Céntrate, escúchate, entra en tu silencio. Pero silencio no es dejar de hablar, o...quizás si? Silencio es centrar la mente, es no dejar que te arrastren pensamientos, emociones o acciones que no sean ahora.
El silencio es lo que marca el ritmo de la vida, es lo auténtico en nosotros. Las palabras las aprendemos, el silencio eres tú. Cuando estás en tu silencio, estás centrado, estás en ti y, aunque hables o actúes, te escuchas, te reconoces. Entonces, y en cualquier actividad que hagas, estás en el no tiempo; ya no deseas “tener” tiempo, eres tiempo. Entonces observas en la práctica que todo lo que surge, todo lo que brota, todo lo esencial se realiza en ti: entras en otra dimensión sin dejar esta 3ª. Todo lo que piensas, dices, sientes o haces es auténtico, ya no “pierdes” tiempo. Le añades vida a los años y no años a la vida.

Esta es mi propuesta de hoy: silenciarte, escucharte, estar en ti. No te equivoques, no es estar todo el día en un retiro. En cualquiera de tus actividades cotidianas puedes estar presente y observarte en el no tiempo. Si eres tiempo, toda tu acción es auténtica y su fruto alimenta a la humanidad.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Da un paso más en tu práctica durante estos días festivos.
Céntrate mediante respiraciones integrales y conscientes. 
Escucha el silencio detrás del mundanal ruido.
Decide mirarte, reconocerte y observarte.
Dedica espacio a recuperar el no tiempo que genera el silencio.
Respira y escúchate. 
Habla y escúchate. 
Escucha toda tu acción y sentirás de dónde surge, entonces integras silencio y tiempo en ti. 
Estás y Eres.

Muchas gracias por tu confianza.