LO QUE NOS ANCLA

En este escrito, y quizás en otros posteriores, os intentaremos transcribir las enseñanzas del Dr. Jorge Carvajal (que él mismo nos instaba a compartir), impartidas en algunos de los seminarios que realizó en Barcelona hace algún tiempo, enseñanzas que siguen siendo valiosísimas, ya que nos cuesta mucho incorporarlas a nuestra vida.

La danza de la vida es siempre inestable, pero cuando estás en medio de un paso debes acabar de darlo y así adquieres seguridad. Somos danzarines de la vida y para seguir el ritmo debemos aprender diferentes pasos, e incluso a veces dar pasos atrás para no perder el equilibrio.
Sigue la danza desde tu corazón, acepta tu vulnerabilidad y descubrirás tu fortaleza. Renuncia al yo separado y descubrirás el Yo Único.
Observa tus acciones: ¿salen del corazón?, entonces tendrás una actitud sencilla, intuitiva y humilde, y te dará paz. Sabes que estás aprendiendo y lo reconoces, tienes actitud de aprendiz y pones atención.
Detrás de cada pena hay un aprendizaje, detrás de cada crisis hay una nueva oportunidad, en la sombra hay un punto de luz, en cada relación hay un maestro ahora, en presente, quizás mañana ya no lo es y el aprendiz está atento.
Solo quien se acepta, quien se ama, quien se tolera y tolera, quien es humilde y sencillo, flexible y fluido, puede habitar en el centro de sí mismo y así ser el capitán de su barco y levar el ancla sin peligro.

El temor hace que anclemos nuestra vida en lo más profundo del océano. Anclarse es muy útil, pero vivir anclado es mortal. Hemos creído que vivir es anclar la vida, pero es todo lo contrario. Vivir es levar las anclas, aprovechar el viento y la corriente y tener un horizonte, cuando el horizonte es el ancla, la vida pierde sentido.
¿Qué nos amarra? ¿Qué nos retiene? Quizás aquello que nos ancla fue útil en algún momento para protegernos, fue una estrategia de supervivencia, pero debes reconocer cuándo es hora de levar el ancla.

El temor a perder está relacionado con lo que nos ata, ¿cuáles son mis vínculos? ¿esos vínculos, son flexibles o inflexibles? ¿son rígidos o fluidos?, donde encuentres una rigidez en tu vida o en tus relaciones, hay un punto de anclaje y puede que haya una ruptura o una congestión.
Las anclas son necesarias, pero no pueden ser permanentes, no en el mismo lugar. Tenemos anclas en los padres, pareja, hijos, profesión..., eso sería natural si van cambiando en diversos grados de fuerza.
Cuando revisamos todo esto, nos damos cuenta de que quizás en algún punto la cuerda del ancla ha formado nudos, y que en otro el tejido se desgarra, por ahí encuentras obstáculos para seguir tu navegación, y tienes que crear grandes mareas (gasto energético) para poder navegar por la vida, ya que si no encallas.

Encallamos donde hemos anudado la vida: hemos creado una obsesión, un énfasis exagerado y hemos generado una dependencia, allí donde hemos creado dependencia, estamos anudados y con unos nudos tan fuertes que, a veces, la única solución es romper y eso duele, ya que nos rompemos y rompemos a los otros.
Si ya sientes que hay nudos, la estrategia es desanudar y buscar otra vez tu lugar; pero también hay puntos donde las relaciones son demasiado flojas, faltas de tensión.
Lo que nos une a ti y a mi es como una cuerda: muy tensa, se rompe y muy floja, no hay música.
Debemos estar alerta para que, sin perder nuestro lugar, nuestro centro, nuestra paz, mantengamos la tensión siempre adecuada, dejando o recogiendo cuerda en cada situación. 

EJERCICIO PRÁCTICO:
Dedica tiempo a observarte, a reconocerte, a reflexionar.
Observa tu cuerpo, tu respiración y dedica diez minutos a tu respiración consciente: inspira, reten, espira, pausa, (6 – 3 – 9 – 3).
Deja ya que la respiración se efectúe sin controlar y de forma habitual en ti. Silencio.
Visualiza tu vida, tus roles.
¿Te sientes en paz? o ¿sientes algún temor de perder algo? ¿algo te ancla? ¿Qué pasaría si levas el ancla?
Respóndete con sinceridad y sé consciente del lugar que ocupas, ¿estás en tu lugar, en tu centro? 
Observa sin juicios, solo reconoce.
Silénciate unos  minutos.
Haz estos ejercicios las veces que necesites y queda en paz.

Gracias por tu confianza

Trabajo grupal de los lunes 24 y 31 de marzo.