21-06-2013 - 05:04h.
Si puedes, este día y a esta hora, ofrece un ritual de agradecimiento al sol. Déjate guiar por tu intuición.
Entramos en el solsticio de verano (hemisferio norte), la luz alcanza su máximo esplendor; en este hemisferio el sol esta en su zénit.
La energía está en su yang máximo y ahora, al estar nuestra galaxia orientada y alineada hacia su Sol central, esta energía es mucho más fuerte y pura, aunque sentiremos lo que nuestro estado vibracional nos permita.
Otra cosa son las tormentas y explosiones solares de nuestro propio sol, el cual, debido a esa energía, está muy activo, llega fuerte radiación al planeta y personas de alta sensibilidad pudieran verse afectadas, por lo que debemos guiarnos por nuestro sentido común y no exponernos a él en las horas de máxima insolación.
Sin embargo, esta frecuencia de onda nos es necesaria para nuestro proceso evolutivo y de expansión de conciencia. Purificación y renovación.
Naturalmente, si estás en el hemisferio sur ocurre exactamente igual, pero la energía entrante corresponde al solsticio de invierno, es distinta frecuencia de vibración, pero igualmente adecuada para los que estáis ahí e igualmente beneficiosa y aprovechable para el proceso que tenéis que vivir.
La condición es la misma para todos, observa dónde estás, dónde te ubicas aquí y ahora, y entrégate a vivir lo que el ciclo natural del planeta te indica.
En el norte, el clima más caluroso, la energía más yang, te indica que tu actividad, alimentación, vestimenta, ejercicio, debería ser más yin, todo mucho más ligero, más expansivo, más en contacto con la naturaleza, contacto del tipo: observación, quietud, meditación, y no tanto de los excesos que se hacen habitualmente al aire libre en verano; hacer nuestra respiración consciente y sentirnos uno con el entorno, experimentar en la naturaleza la quietud y el silencio de una práctica de vida sencilla.
La máxima actividad debería ser de buena mañana o al atardecer, la alimentación muy ligera, suaves ejercicios de gi-gon o tai-chi al aire libre y antes de las doce del mediodía; hacer de la aceptación y el agradecimiento de la experiencia de vida, tu meditación diaria.
Podríamos sentir y hacer nuestra la frase: "...necesito poco, y lo poco que necesito, lo necesito poco."
Naturalmente, todo esto no significa que renuncies a algo o que lo reprimas, ya que toda experiencia que no es sentida y comprendida desde el corazón, no sirve de nada.
En el sur, todo lo contrario: el clima más yin y frío, requerirá una alimentación más energética, las noches más largas aconsejan dormir más y no malgastar energía, etc., pero donde estés y en lo que hicieres, todo sigue su adecuado ritmo y frecuencia vibratoria, depende de ti, estar en el presente, consciente del instante en la experiencia que vives (sea cual sea), plenamente aceptada y agradecida.
Celebra tu solsticio interior, la nueva orientación hacia el sol central, siendo consciente de las puertas cósmicas que se abren en esta nueva Era, por donde fluyen corrientes intergalácticas que nos facilitan el camino hacia la manifestación de esa nueva y más evolucionada conciencia.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Estos días podríamos hacer meditación al amanecer y de cara al este.
Si esto no es posible, busca tu momento adecuado, observa tu postura, tu respiración, ¿qué es lo que hay en tu instante presente? observa.
Ahora, durante unos minutos, haz un canto interior o verbal de algún mantra que sientas coherente contigo, o simplemente recita tu nombre.
Observa las sensaciones.
Visualiza el sol ante ti en el horizonte – yo estoy en la luz – el sol se acerca y penetra en tu cabeza - la luz está en mi – el sol se instala en tu corazón – yo soy la luz –
Sol, sol, gracias sol fuente de vida.
Deja que la luz te impregne y se proyecte hacia los demás, da las gracias.
Silencio.
Como ya sabéis de otros años, en julio y agosto, quizás colguemos algún escrito, pero sin seguir la periodicidad acostumbrada.
Os deseamos, allá donde estéis, un verano o invierno de plena consciencia.
Muchas gracias por vuestra atención y confianza.