EL ORDEN UNIVERSAL


Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Ley Universal de correspondencia.
En el Universo existe un Orden que determina y ordena las distintas vibraciones, densidades, cuerpos, formas, funciones y sucesos necesarios para el mantenimiento, la interacción, la manifestación y la comprensión de la vida. 
Este Orden crea las circunstancias para que se manifieste y suceda aquello que es correspondiente con las condiciones de cada nivel y/o espacio determinado.
Los padres hacen lo mejor que saben o creen por sus hijos, a pesar de los errores que puedan cometer, los cuales son matemáticamente correspondientes a la experiencia que necesita el individuo. Desde este Orden no hay error sinó experiencias a través de un proceso evolutivo. En el Universo todo responde a un propósito perfecto, todo es aprovechable, toda situación es un aprendizaje, todos los procesos son pedagógicos.
Tu sabiduría se muestra cuando te generas experiencias satisfactorias y puedes repetirlas voluntariamente; tu ignorancia se muestra cuando te generas experiencias insatisfactorias e inconscientemente las repites. Solo la ignorancia o el “creer saber”, generan ineficacia en la vida.
Tú no le has hecho daño a nadie y nadie te lo ha hecho a ti. No hay ningún evento que no corresponda a quién lo vive. Estamos ubicados en el lugar que exactamente nos corresponde, las diferentes circunstancias políticas, religiosas o económicas, no son ni buenas ni malas, ni justas ni injustas, simplemente son necesarias y corresponden al nivel vibratorio de quien las vive. 
El Espíritu, individualizado en cada alma, encarna en un cuerpo físico adecuado y con una capacidad mental acorde con la vibración que lo ha atraído a la manifestación, se ubica en el lugar matemáticamente exacto, de acuerdo a lo que requiere para completar su proceso evolutivo y de expansión de conciencia.  Venimos a la vida con lo necesario para vivirla, si alguien no tuviera lo necesario para vivir, simplemente no viviría.
Algo diferente es querer vivir de otra manera, lo cuál es una condición del ego eternamente insatisfecho. Cada quien tiene lo necesario para aprender a trascender su destino y desarrollar su función.
Sólo sucede lo que corresponde que suceda de acuerdo a nuestra vibración; es nuestra interpretación de los hechos (aceptación o rechazo), lo que genera nuestra correspondiente satisfacción o insatisfacción, todos los sucesos que afectan la vida corresponden matemáticamente con quien los vive.
Preocuparse por el futuro o por lo que pasó en el pasado le quita eficacia al presente. 
Sólo das o tienes lo necesario, es imposible conseguir aquello que no necesites e imposible perder aquello que necesitas. Tienes y experimentas aquello que corresponde a tus creencias, pensamientos y actitudes, y sólo mantienes aquello que necesitas en la experiencia.
Si agredes y te quejas de lo que tienes estás en riesgo de perder lo que necesitas, ya que todo aquello que no se valora se va perdiendo. 
La comprensión de este Orden permite la liberación de toda limitación, te libera de la culpa, del resentimiento, del deseo de venganza, de la baja autoestima, y así, de la somatización de esas reacciones, te libera de la creencia en la buena o mala suerte, en la justicia o injusticia. Te libera de todos los miedos.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Siente la importancia de estos instantes de reflexión interna, busca tu momento, siente tu cuerpo, agradécele su trabajo impecable, agradece a tus órganos, a tus células, siente tu respiración fluir por todo el cuerpo… conecta con tu Ser.
Después de unos minutos de silencio y agradecimiento, visualiza tu presente y observa tus circunstancias  ¿estás experimentando alguna situación de sufrimiento, insatisfacción o enfermedad?
Toma una inspiración profunda y al exhalar pregunta qué mensaje o aprendizaje te trae. ¿Qué hacías, sentías o pensabas cuando se manifestó esa situación?
No hay culpas, no hay juicios, no hay lamentaciones, solo experiencia correspondiente a tu aprendizaje.
Respira profundamente y siente tu silencio unos minutos.

Muchas gracias por tu atención