AMAR IV: ESCAPISMO


Seguimos aclarando conceptos sobre  Amar. Cuando hablábamos de la no-resistencia a las situaciones que se nos presentan, debemos tener en cuenta que todo debe seguir la "ley del mínimo esfuerzo", como dice Chopra.
No vamos a medirnos a nosotros mismos cuánto podemos controlarnos, ni provocar situaciones conflictivas para valorar la reacción de no-resistencia que tenemos, ya que, además de ser un juego peligroso, es completamente inútil: todo esfuerzo para “ser mejor” no sirve para nada si no hay un solo gramo de Amor, solo amando tenemos fuerza, todo lo demás, lo que puedes controlar desde el intelecto, es solo una ilusión que te lleva al escapismo.
En un escrito anterior hablábamos de dejar en un contexto paralelo lo que ahora no podíamos aceptar o amar; eso no es opuesto a lo que ahora decimos, dejar en una dimensión paralela pero sin rechazo no es escapar de ello, ya que en algún momento (cuando tu dimensión de amor se haya expandido) te verás obligado a encararlo.
Escapar es no querer ver la situación tal como es,  o aislarse como si al cerrar los ojos creyeras que desaparece. Esta actitud, nos desconecta de la realidad que se nos presenta para que la aceptemos e integremos en nuestra conciencia; si desconectamos como desconectaríamos una radio, el sonido no llegará a nuestros oídos, pero esta circunstancia no queda incorporada a nuestra conciencia como experiencia de vida que se acepta y se ama, con lo cual ésta se nos hará insistente y volverá a aparecer en nuestra vida hasta que no escapemos de ella y le dediquemos una mirada de aceptación sincera, o, al menos, de no rechazo, este es el primer paso hacia el Amor.
Estas aquí y ahora para compenetrarte con todo lo que te rodea, con lo que aparece en tu vida en cada instante, personas, situaciones, objetos..., todo esto trata de entrar en tu conciencia sin que lo hayas buscado. Si te aíslas, si miras a otro lado, te niegas a ti mismo la vivencia de experiencias necesarias, que, si no tuvieras necesidad de vivirlas, no hubieran aparecido.
Nuestra fuerza interior está en la capacidad de amar y de incorporar más y más experiencias a nuestra conciencia y no en la forma de aislarse para evitarlas.


EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu espacio, tu silencio interior, quédate en tu Presencia siguiendo tu ritmo respiratorio.
Observa tu respiración durante unos minutos y la sensación que te produce, no sigas tus pensamientos, déjalos pasar. 
Ahora, toma una inspiración profunda  y, al exhalar, instálate mentalmente en tu día a día. Trae a tu mente algún asunto que debieras encarar y vas dejando de lado, o no quieres mirar ¿Te produce sensación de rechazo u odio? ¿Qué puede pasar si lo encaras? 
Si observas todo esto tranquilamente desde esta dimensión de relajación, te darás cuenta de que sientes que el rechazo se va diluyendo y te permite poner acción, repite hasta que te sientas en paz y después deja que tu corazón ilumine ese asunto. 
Vuelve a tu ritmo respiratorio y quédate en silencio físico-emocional-mental. 
Si eres constante en tu práctica, pronto percibirás un movimiento favorable en esa situación. 


Muchas gracias por tu confianza