AMAR II: JUSTICIA


Creemos que tenemos argumentos para saber lo que es justo y lo que no lo es. De esta forma emitimos juicios, como si fuéramos dueños de la verdad absoluta.
Sin embargo, nuestra mente concreta y limitada no ve más allá de lo ilusorio. Pongamos un ejemplo para ilustrar este tema: si una persona nos insulta, aparentemente sin motivo, ¿es justo devolverle su afrenta? La respuesta es no. 
Si alguien se comporta así, solo demuestra que sufre y que vive en el desamor, pero es “su” situación, “su” vida, a nosotros solo nos incumbe “nuestra” respuesta. No tenemos jurisdicción sobre hechos externos, el único control que podemos tener es sobre nosotros mismos, sobre nuestra capacidad de amar-aceptar o de odiar-rechazar. 
Amar sube nuestra vibración, odiar la baja; o sea que en un corto espacio de tiempo, podemos ir desde la gloria más excelsa, al más oscuro infierno, según sea nuestra aceptación o rechazo de lo imprevisto. Nuestra vida está sujeta al constante cambio de
posibilidades y situaciones: salud, enfermedad, riqueza, pobreza, etc. Nuestra única posibilidad es amar o aceptar más o menos cada situación dada; el que ama es el que sube, el que odia es el que baja, no hay ayuda externa posible, todo depende de ti. 
Hay absoluta justicia en lo que nos ocurre cada segundo del día, la confusión llega cuando creemos que otros tienen la “culpa” de lo que nos sucede. Pretendemos juzgar los hechos de los demás cuando ni siquiera deberíamos hacerlo con los nuestros. 
Cuando somos testigos o sabemos de acciones crueles infringidas por seres humanos a otros seres vivos, nuestra indignación hace que tomemos partido por el que consideramos sufriente y, mucho más, cuando esas afrentas, violencias o maltratos, están dirigidas a un niño inocente, pero ten en cuenta que no hay una víctima, sino dos: sufren agredido y agresor y, aunque cueste de creer, no hay más justicia que “toda” la experiencia humana. 
No es fácil de asimilar, pero ahí podemos ver la igualdad de todo ser humano. No hay privilegios, no hay azar, todo sigue la misma ley de causa y efecto, la causa no caduca y el efecto se manifiesta cuando se dan las condiciones adecuadas, ya sea en esta vida o en otras. 
Es por eso que no podemos juzgar nada, ni tomar partido por los que consideramos inocentes: el sufrimiento está en ambas partes, su semilla genera más sufrimiento y, como dijo Buda: "alguien más lo sufrirá"
Todo es justo, todo es adecuado, y el posible agresor también recibirá el efecto de lo causado por él.
Hasta que no seamos capaces de Amar, sigue un encadenamiento sin fin de causas y efectos de dolor. Lo esencial es centrarnos en amar, amar, aceptar lo que surja o. al menos, no odiar ni rechazar, centrarnos en no crear más causas generadoras de desamor y conflicto.  No juzgues lo que veas u oigas, no tienes (ni puedes tener) suficientes argumentos. 
En plena coherencia con tu Ser, estando en tu centro, ama y acepta cualquier hecho que te acontezca, pero actúa, no te conformes o resignes a lo que puedes cambiar, los cambios beneficiosos se dan con las vibraciones elevadas del Amor, no con las densas del rechazo. 

EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu instante de observación y silencio.
Relájate y disponte a ser consciente de tu respiración. Durante unos minutos observa el fluir del aire por tus orificios nasales, la sensación, la calidez.
Ahora, visualiza alguna experiencia vivida recientemente y que creas que no ha sido justa.
Observa la sensación que te produce, ¿quizás sientes rabia?, ¿impotencia? Observa. Ese sentimiento está dentro de ti y la situación en sí ha servido para que te hagas consciente de él.
Toma una inspiración profunda y, al exhalar, proyecta luz, respira e ilumina ese sentimiento; no corras, date tiempo hasta que sientas paz emocional. Después, proyecta también esa luz y ese sentimiento de paz a la situación que te pareció injusta.
Silencio.


Os recordamos que el lunes 29 de octubre es luna llena y realizaremos una Rueda de Energía por el bien universal, colectivo e individual, en la Sala Polivalent de Seva (Barcelona).
También realizaremos un ritual de luz hacia los difuntos y, si os interesa, lo podéis encontrar en esta entrada del blog.

Muchas gracias por tu atención