EL INSTANTE

¿Dónde ubicas tu atención?, ¿a qué dedicas tus pensamientos?... Observa este instante sin juzgar nada.
¿Te dejas arrastrar por el mundanal ruido? Estate alerta, eso no es “malo”, pero baja tu vibración y tu coherencia. Puedes vivir las mismas experiencias, manteniendo tu equilibrio, manteniendo tu centro.
Estamos en el centro cuando podemos entregarnos al éxtasis del momento, a la genuina vivencia del momento, al orgasmo cósmico, a la comunión.
Si pudiéramos vivir el presente y la Presencia del Ser en el instante estaríamos en un mundo de comunión (unión), no de comunicación (separación). Paradójicamente, el mundo de unicidad y comunión es el mundo que existe realmente, todo lo demás, lo que vivimos hacia fuera, es virtual.
El mundo real es el mundo de la Luz y lo que vivimos por fuera de ese mundo es el mundo de la sombra, de la separación, de las individualidades.
Nuestra unicidad solo puede manifestarse en comunión con el mundo de la Luz.
Sin rechazar nada de lo que vives, la sombra se ilumina actuando desde el Ser, en Presencia, entonces toda tu existencia es real, ya no hay dos mundos, sino uno.
Te entregas al instante y te liberas, dejas de ser reo de tu propio ego, te rindes, aceptas e iluminas tu sombra y entras en el terreno de tu Paz, entonces ya no buscas la Luz afuera, porque te sabes Luz, eres Luz.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu instante santo y entrégate a él.
Siente tu cuerpo, tu respiración, el latido de tu corazón, no importa lo que estés viviendo ni lo que pueda afligirte.
Busca un instante que te permita estar en tu Ser, relájate y entrégate.
Siente la experiencia de ser uno con todo.
No busques nada, no intentes nada, únicamente sé.
Silencio.
Gracias por tu atención.