ELEVA TU VIBRACIÓN

Estos días nos llega la información de la muerte de un conocido y perseguido…¿cómo le llamaría...? ¿...terrorista?. Así le ha venido llamando gran parte del mundo occidental.
Dicen que se ha hecho justicia y los líderes de las grandes potencias se felicitan y celebran (reflexiona esto) su muerte, incluso se habla de condecorar en secreto al soldado que materializó el hecho.
Me pregunto: ¿...en que grado de vibración colectiva se mueve todavía el ser humano, para celebrar que uno ha matado a otro? Claro que, de forma reconocida  y pomposa, al que mata desde el estado se le llama héroe y al muerto terrorista.
No es mi intención dejar de reconocer las masacres que esta persona y los que lo siguen llevaron a cabo, ni la gran huella de sufrimiento que queda debido a sus actos, y que es germen de más sufrimiento, pero cualquier clase de enfrentamiento armado genera destrucción, venga de donde venga, y, aunque se quiera justificar desde alguna posición, justicia viene de juicios y éstos siempre son parciales.
El refrán español “muerto el perro, se acabó la rabia” no se puede aplicar aquí, aunque algunos lo crean. Aquí la rabia se ha nutrido, reforzado y abonado. La violencia genera más violencia, y así sucesivamente, la humanidad se está moviendo en círculo, creyendo que avanza.
Parece que todavía rige la muy antigua ley del talión “ojo por ojo…”, o que estemos en los circos romanos con el gesto del pulgar hacia abajo. En los últimos dos mil años hemos avanzado extraordinariamente en materia tecnológica, pero seguimos teniendo los mismos miedos e inseguridades.
Siempre han habido personajes de este tipo, que aparentan ser un “azote” para la humanidad, pero no podemos aislarnos de ello, no somos nosotros los buenos y ellos los malos, nuestro nivel de conciencia emite determinada vibración humana, la cual forma una masa crítica con suficiente fuerza y poder para que aparezcan, por supuesto, deberíamos profundizar en todo esto, ya que todos nos movemos en un campo unificado de conciencia.
Si no somos capaces de amarnos a nosotros mismos ¿cómo vamos a pretender “amar al otro como a mi mismo”?
Hasta que nuestra masa crítica humana no genere vibraciones elevadas, hasta que, primero individualmente, no seamos coherentes y generemos amor, no es posible expandir el amor, la coherencia y la seguridad al colectivo.
La primera necesidad humana no es de alimento, ni de cobijo, la primera necesidad humana es de seguridad: necesitamos sentirnos seguros y, de esta forma, hemos construido órdenes políticos, económicos, militares para en que la seguridad se garantiza a sangre y a fuego, pero si necesitamos una armada o unas rejas para defendernos, estamos expresando el peor extremo de la inseguridad.
Por el contrario, cuando nos expresamos desde el corazón nos mostramos vulnerables y necesitamos de los demás, de los que están en la calle, para que nos escuchen, nos amen, nos cuiden. Cuando lo que hacemos conmueve el corazón de otros, ellos serán nuestros mejores guardianes; no necesitamos guardaespaldas, necesitamos escuchar a ese que nos muestra tanta rabia y mirarle a los ojos, porque en realidad, busca que lo amemos, necesitamos emitir una radiación magnética que expanda y multiplique nuestro amor.
Cuando a todos los que viven en cualquier país se les considere igual por parte de los estados y de ellos mismos, cuando practiquemos la inclusividad en lugar de la separatividad, entonces quizás el movimiento de la evolución humana ya no será en círculo, sino en espiral, elevando nuestro nivel de conciencia y haciendo al otro lo que quisiera que me hicieran a mi, entonces podremos disfrutar de los bienes de la Tierra, de la abundancia, donde todos ganamos; por el contrario, mientras existan ganadores y perdedores, habrá un mundo de pobreza para todos porque es un mundo de miedo e inseguridad.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Cada circunstancia que vivimos es una lección que aprender. Observa la vida y sé consciente de lo que te dice.
Busca tu momento, tu espacio, tu respiración.
Observa tu interpretación de los hechos que acontecen y sabrás en qué nivel de conciencia te mueves.
Se fiel a tu espacio de meditación diaria, de observación sin juicios, practica el instante presente sin más.
Relájate.
Silencio.
Si estas en tu Presencia, sentirás que te abres a la Intuición, sentirás en tu corazón el proceso que, sin prisas pero sin pausas, te lleva hacia el Amor incondicional.
Sentir el Amor en ti, hacia ti y expandirlo a los demás es una guía hacia el Ser.
Descansa en tu Ser.
Silencio.

Muchas gracias por tu atención, deja tus comentarios si lo deseas.