EL QUANTUM MÁGICO

En vista de las consecuencias de los acontecimientos mundiales naturales (y no tan naturales) que estamos viviendo, la propuesta de hoy es mantener, más que nunca, nuestra coherencia; tanto si somos simples espectadores, como si tenemos implicación activa en cualquier situación.
Coherencia en servirnos y servir, poniendo en movimiento el Amor, así nace el servidor.
El verdadero objetivo de la vida es servir, pero servir habiéndonos servido primero, siendo coherentes y estando centrados: que nuestro servicio sea de la máxima calidad, pues si no serviría de bien poco.
Vivimos cuando servimos, cuando nos damos. Si dejamos de darnos, no podemos recibir, luego morimos.
Solo podemos darnos estando en el centro, en el punto de coherencia, en el corazón.
Ese punto está simbolizado por el centro de la cruz, ahí se unen los cuatro elementos de la materia concreta: fuego, aire, tierra y agua, y, en ese cruce elemental, surge el quinto elemento, el más sutil: el éter. El éter es la síntesis, la conciencia, materia etérica, materia sutil.
Ese punto es el quantum de la física, un lugar donde las probabilidades del Universo se cruzan. Desde ahí, lo probable emerge o decae hacia el estado que llamamos materia tangible y concreta, hacia la manifestación de la realidad que vemos.
Sobre esos puntos interactúa la conciencia, la materia prima de esos puntos es una intensificación de la conciencia: el Quantum Mágico, en cada uno de nosotros.
O sea, la conciencia se intensifica en los puntos de cruce, donde hay coincidencia de líneas evolutivas. Si yo estoy presente en el instante, estoy en el punto de cruce, no solo mío, sino de todo el cosmos; allí donde yo tengo mi conciencia es el centro del cosmos, donde yo estoy presente, donde está mi atención, ahí es donde cuido de mi y del mundo. Ahí todo es posible. No importa si tu acción es pasiva o activa.
Eso es lo que puedo hacer por los demás, ser coherente. Estar en el centro.
Amar es cuidar, atender, prestar atención, establecer un vórtice de conciencia en el presente, por lo tanto, ama, cuida y cura quien está en presente, porque Lo que Ama, Cuida y Cura no es determinada técnica, es tu Presencia.
Muchas veces es más favorable y curativo solo Estar, sin palabras ni técnicas. Estar en el Ser, así estoy en perfectas condiciones para servirme y servir.
Coherencia pura, sin resistencia ni fricción a la corriente de la vida, fluye la vida a través nuestro y vivifica la vida del otro.
Si quieres proyectar un punto de Luz hacia cualquier situación o persona en conflicto, la primera condición es Estar. Si estamos en una determinada técnica, no estamos. Si estamos en la memoria, no estamos. Si estamos en las expectativas del resultado de la acción, no estamos, ahí no está el Ser.
El Ser es puro Presente, se ama y se cuida desde el Ser.
Si llevamos esto al terreno de la salud propiamente dicha, vemos que, a veces, hay diversos resultados en las terapias de distintos  profesionales. Su eficacia depende más de su conciencia que de la técnica que pueda utilizar; no es importante “lo” que hace, sino “cómo” lo hace: si es desde el Ser. Si está en el instante es sanador, independientemente de la técnica que utilice. Lo favorable es la Presencia, desde ahí pueden surgir las infinitas posibilidades del Quantum Mágico.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Dispón de tu momento, de tu espacio y toma conciencia de tu cuerpo, de tu postura, de tu respiración.
Observa y relaja las distintas partes de tu cuerpo, intenta no dialogar con tus pensamientos, plena atención a la respiración.
Realiza las primeras respiraciones espirando por la boca, dejándote ir y efectuando una cuenta descendente para mantener tu atención.
Poco a poco, sientes que se establece en ti una tranquilidad física, paz emocional y calma mental.
Se establece esa línea coherente desde el centro, desde el punto de unión de tus elementos básicos, donde se intensifica tu conciencia.
Silencio.
Si tu mente se escapa tras algún pensamiento, vuelve una vez y otra al punto de infinitas posibilidades, al Quantum Mágico.
Desde ese punto tú decides si seguir en silencio o proyectar luz a cualquier situación o persona, sin peticiones ni juicios de valor.
Silencio.

Muchas gracias por tu confianza.
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