SENTIMIENTOS COHERENTES

Todo lo que vivimos nos evoca sentimientos y es ahí donde habitamos. Pregúntate, qué sentimientos tienes en cada circunstancia. No hay sentimientos buenos o malos, sino indicadores de dónde se mueve nuestra conciencia.
Los sentimientos reprimidos pueden ser una barrera que nos impida ser coherentes.
La coherencia se vuelve acción cuando pensamos, sentimos y actuamos de corazón; que todo lo que pensamos o no pensamos, sentimos o no sentimos, hacemos o dejamos de hacer, decimos u omitimos, sea desde el centro, eso desarrolla la memoria del sentir desde el corazón.
Lo que parte del corazón siempre genera unión, no división. Una forma de alcanzar coherencia es escuchar el cuerpo: ¿qué me dice el cuerpo?, ¿cómo se siente el cuerpo?, identificar el sentimiento y tratar de ubicarlo en el cuerpo: ¿dónde lo siento?, ¿de dónde sale el sentimiento o la sensación?.
Os propongo un ejercicio relacionado con el sentimiento básico que más reprimimos y que desencadena más disfunciones, el miedo,

Cierra los ojos y evoca una situación que te inspire miedo, inseguridad. Ahora siente el cuerpo y observa dónde se ubica ese miedo, dónde sientes esa sensación de malestar que produce el miedo, dónde está su vibración, su movimiento.
Abre los ojos: ¿qué has sentido? ¿dónde lo has sentido? ¿quizás en el plexo solar?. Esta es la zona infraesternal en la que hay un centro muy importante, ya que todos los impactos de miedo e inseguridad nos están dando permanentemente ahí y la red de energía en ese centro se destruye, se desorganiza y no circula el prana. Ese centro es esencial para que el prana pueda circular, o sea que si todo el día sentimos temor, en esa zona no circula bien la energía vital. Un gran beneficio es la respiración diafragmática. La respiración es una herramienta muy importante, ya que cuando sentimos temor automáticamente se paraliza el diafragma.
También se puede experimentar el temor en la garganta, el miedo ahoga la voz, oprime la glotis y puede cerrar los bronquios. Muchas asmas son miedos no expresados, miedos retenidos. La mayoría de lumbagos crónicos expresan el miedo (meter la cola entre las patas), frigidez (por la contracción de la musculatura pélvica al reprimir temor, etc.), y si la energía sacral que surge del segundo chakra no se mueve y se eleva hasta el quinto, no nutre la palabra. Nuestro cuerpo nos habla.
Sin embargo, el problema no es el miedo, el miedo es necesario en nuestra evolución, es una estrategia de supervivencia, el problema es dejarlo retenido. Vivir coherentemente no es no experimentar cosas “negativas”, sino ponerlas en movimiento, ya que la sombra es el útero de la luz, de la sombra, nace la luz.
Si permitimos que Eros, nuestra sombra, nuestros impulsos, nuestros miedos, nuestras iras se movilicen, crearán una semilla, una semilla de luz.
Sin el miedo no existiría conciencia de nuestros propios límites, que es la que nos da el justo sentido de las proporciones, el sendero del medio, la coherencia.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Hoy os proponemos unos ejercicios respiratorios.
En el blog, en la pestaña “música”, puedes escuchar o descargar gratuitamente un Cd que te puede ayudar en la práctica de la respiración, es el que lleva por titulo: 3 PRACTICAS DE CONCIENCIA CORPORAL.

Busca tu momento de meditación, toma conciencia del cuerpo, relájate y toma conciencia de la respiración.
Conecta con el sentimiento del miedo y observa dónde lo sientes. Observa sin juzgar.
Ahora comienza a hacer respiraciones integrales, al inspirar visualiza un vaso que se llena de agua, sintiendo todo el movimiento del diafragma y con la espiración haz como si ese vaso  se vaciara. Establece un ritmo respiratorio adecuado para ti, sencillo y sin esfuerzo.
Después de unas respiraciones, vuelve a tener conciencia del lugar donde sentías el miedo.
Observa en silencio.

Muchas gracias por tu confianza.

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