¿SER O TENER?

¿A qué estás dedicando más energía en este momento de tu vida?
Cada papel que escribimos en la historia de la evolución humana tiene un sentido y significado cuando es vivido desde lo más profundo de nuestro Ser.
En cada uno de nosotros viven, en paralelo, el actor y el personaje que interpretamos. El buen actor, cuando interpreta un personaje, se dedica de lleno al papel que interpreta y durante la representación, y ya antes en los ensayos, no puede estar pensando en otra cosa que no sea dicha interpretación; tiene que meterse de lleno en el papel, tiene que sentirlo y hacerlo sentir a los demás desde el corazón.
Pues de esta forma deberíamos vivir los distintos roles de nuestra vida, con plena entrega, desde el corazón.
Cuando nos expresamos, si estamos atentos a lo que decimos, nuestras mismas palabras nos pueden indicar de qué forma vivimos ese rol.
No es lo mismo ser, que tener, o hacer. El ser se expresa desde el corazón, se inscribe en el campo unificado de la conciencia humana, deja huella, es útil a todos.
El tener o el hacer, se expresan desde la memoria, no sirven al colectivo.
Pongamos algún ejemplo: en la profesión, no es lo mismo ser jardinero que hacer de jardinero o tener un empleo de jardinero; ser maestro no es lo mismo que hacer de o tener un empleo de maestro; ser médico, no es igual que hacer de médico, etc.
Podéis pensar que hoy día hay que agarrarse a lo que sea, quizás tengáis razón; pero si lo que quiera que hagas, lo integras en ti, lo llevas hacia adentro y lo sientes en tu ser, será mucho más beneficioso para ti y se hará extensivo a los demás.
Cuando te pregunten a qué te dedicas, escucha tus propias palabras y ellas te darán la clave.
Siguiendo con la metáfora del actor, si la vida, en su diversa oferta de personajes únicos y originales para cada uno de nosotros, te ofrece el papel de madre o de padre, pregúntate si estás dispuesto/a a representarlo, ya que dar vida a otro ser humano (si es que estas llamado/a a ello), sería uno de los papeles más importantes que pudieras representar en la co-creación universal.
No es lo mismo ser madre o padre (dar vida), que tener (posesividad) un hijo.
Tal como está hoy día estructurado el sistema, los hijos se tienen a conveniencia: "cuando termine la carrera", "cuando el trabajo o la profesión me lo permita", "cuando nos lo permita la economía", ..., y todo esto sujeto además a la situación laboral tuya o de los demás, que determinará, el momento, la forma de nacer y el tiempo que podrás dedicar a tu hijo.
La mayoría de veces pensamos que todo esto es normal, porque se ha hecho habitual, pero lo habitual, parece normal y muchas veces no lo es.
Narra una vieja historia de una sabia tribu, que cuando un alma quería reencarnar entre ellos, llegaba esa sensación a la madre antes de la concepción. Ésta se adentraba en la selva y recibía y escuchaba el nombre y la canción del hijo. Después, ya con plena conciencia de ello, salía de su retiro y elegía al padre, concebían al hijo, le ponían el nombre dictado a la madre y toda la tribu le cantaba su canción. Cada uno de ellos tenía su canción particular para momentos especiales de su vida, la vibración del nombre y la de la canción era sanadora y coherente con cada uno.
Reflexiona todo esto si crees que ha llegado el momento. El rol de padres conlleva una vibración muy elevada, abarca un gran espacio en el tiempo y requiere de una dedicación coherente.
El proceso hasta la manifestación de este rol comienza mucho antes de la concepción y, por supuesto, como se ha dicho antes, no es lo mismo ser padre o madre, que tener un hijo.
Para lo primero, hay que hacer el amor, para lo segundo, solo sexo.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Siente tu cuerpo, los indicadores y mensajes que te envía, sé coherente con ellos.
Observa tu respiración en las diversas sensaciones.
Silencio.
Decide sentir en ti el papel que ahora te ofrece la vida. Pon atención a la sensación.
Si no tienes claro el camino, espera, no hay ninguna prisa, en otro momento lo sentirás.
Si tu camino está claro, ponte a favor de la corriente y déjate llevar.
Ten en cuenta que no hay papeles mejores ni peores, todos son afines a nuestra vibración.
Gratitud y silencio.

Gracias a todos.