ROLES CON SENTIDO

Como sabemos, si un individuo de una especie aprende algo en profundidad y queda impreso en su centro, automáticamente, en las generaciones futuras, lo aprenden todos los de esa especie.
La vida es una estrategia para aprender y aprendemos interpretando roles (papeles).
Como actores que aprenden bien su papel, en nuestros roles escribimos y aprendemos, tenemos impreso nuestro carácter en lo que hacemos, en la casa que habitamos y en distintos lugares donde nos desenvolvemos; el carácter se imprime en el lenguaje que sirve para conocernos y comprendernos a nosotros mismos y al mundo.
En ese lenguaje, muchas veces hay cosas incoherentes: puntos y/o comas mal situadas, capítulos inacabados, letras borrosas...,  si se tratase de un libro, sería casi imposible de leer.
Siguiendo esta metáfora, la vida sería como un libro en el que inscribimos nuestro carácter y ese libro estaría hecho de capítulos, de roles: tener hijos, profesión, aventura (si no hay algún capitulo de aventura, puede que tu vida sea rutinaria y gris), hay también un capitulo de futuro, pero que escribes en el presente..., si estas grabaciones están hechas en el corazón y no en la memoria, quedan inscritas en el campo de conciencia de la humanidad, contribuyendo así a la evolución de la especie.
Si los roles que vives son experimentados desde el corazón, es como si escribieras en un papel limpio y dejas una huella llena de sentido y útil para todos. Si no grabas en el corazón es como si escribieras en un papel sucio, con lo cual por más que te esfuerces, tus impresiones no tienen significado, son faltas de sentido.

Se dice que “de buena voluntad están llenos los infiernos”. Hacemos muchas cosas de buena voluntad, de buena fe y, a pesar de ello, el resultado es el contrario al que buscamos. La razón de que a pesar de tener pureza de intención, los resultados no acompañen, es porque no estamos cuidando adecuadamente el territorio, el “campo operatorio”, nuestro espacio, nuestro hábitat, nuestro cuerpo, nuestra familia, nuestra profesión... El campo operatorio debe ser limpio, ordenado, saber cuáles son nuestros recursos, qué necesitamos para el objetivo que nos proponemos.
Muchas veces, en ese campo de operación, está todo revuelto y, en general, tenemos demasiadas cosas, demasiado ruido, no hay suficiente espacio para que se mueva nuestra conciencia y el resultado es que, a pesar del esfuerzo y de las buenas intenciones, nos desgastamos y no logramos el objetivo. Pero nos confundimos creyendo que para lograrlo nos faltan más y más cosas, y nos dedicamos a buscar más información, a hacer más cursos, a comprar más libros, a buscar más gurús..., intentando llenar más nuestro espacio físico y mental, sin darnos cuenta de que lo único que precisamente necesitamos es el vacío: un campo operatorio limpio está hecho de desapegos, no de posesiones. En el vacío podemos experimentar la danza de la vida ampliamente, ocupando nuestro justo lugar, sin pisar a los demás.
La coherencia reconoce lo esencial, pero, a veces, nos es más fácil reconocer lo que no es esencial. Pregúntate qué es lo que no necesitas ahora, el vacío se hace en el presente, no cuando logres esto o lo otro, el vacío es ya. Intenta reconocer el ruido, el lastre, si sientes que pierdes alegría es porque debes soltar lastre, la alegría es lo que queda cuando quitamos el ruido, los obstáculos, lo que nos sobra..., entonces los roles que experimentes estarán llenos de sentido, serán auténticos. No importa lo que hagas, lo que importa es que la acción sea coherente y la experimentes desde el corazón.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Detente, respira la quietud de tu Ser. Observa tu cuerpo, tu postura. Haz respiraciones profundas, siéntete en paz, en coherencia física, emocional y mental. Silencio.
Mírate por un momento en el rol en que estás viviendo ahora, en el capítulo de tu vida que estás escribiendo.
¿Sientes que vives esa experiencia desde lo más profundo de tu Ser? ¿Sientes que actúas en un territorio limpio y ordenado? ¿Sientes alegría al desempeñar ese rol aquí y ahora?
Si es así, lo que haces tiene un sentido y es beneficioso para toda la humanidad.
Si no es así, tienes dos opciones: cambiar la actitud (querer lo que haces), o cambiar el rol (hacer lo que quieres).
La coherencia es la clave.
Silencio.

Muchas gracias a todos.