LA FE

Reanudamos, después de la época estival, esta serie de apuntes que quizás nos puedan ayudar a reflexionar y a descubrirnos interiormente, tanto al que escribe, como al que lee; pero de cualquier forma nos ayuda a comunicarnos.

Si os apetece, ya sabéis que podéis hacer vuestros comentarios sobre cualquiera de los temas, y, así, establecer un diálogo entre ambas partes.

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¿Qué entendemos por FE?

Quizás revestimos este concepto de alguna connotación religiosa, ya que así consta en nuestro archivo interno, pero la Fe es algo mucho más profundo.

La Fe no es algo que surja desde la personalidad, aunque puede estar a su servicio.

La Fe no es creer que algo o alguien externo nos ayudará, mientras nosotros no hacemos nada.

La Fe es dejarnos guiar por nuestra parte más sabia, entregándonos a lo desconocido.

La Fe es la que nos conduce directos al objetivo, sin que las apariencias externas nos desvíen de él, sin separar materia y espíritu, ya que sabemos que es la misma energía vibrando en diferentes grados. Nuestra atención consciente determinará hacia adonde queremos dirigirnos.

Si queremos paliar el sufrimiento, deberemos enfocarnos hacia niveles más sutiles, sin que la mente pensante y analítica nos lleve a la dispersión y ansiedad en la que vive. Para eso necesitamos tener Fe.

La Fe está en todos nosotros, surge de lo mas profundo del alma, nos ayuda a descubrir la Intuición, a enfocarnos en lo que en realidad Somos sin renunciar a nuestra personalidad, ni a la vivencia de las experiencias “materiales”. Esa Fe nos lleva a integrar humanidad y divinidad en nosotros mismos.

La Fe no es algo que se pueda “perder”, como a veces oímos –he perdido la fe-; eso, más que Fe auténtica, es frustración por un deseo no conseguido.

La Fe es la aspiración del alma hacia la Unidad y eso no se puede perder. Aunque puede que esa aspiración sea inconsciente y con nuestra voluntad consciente la podemos reforzar cuando nos desapegamos de los deseos y vivimos cualquier clase de experiencia humana, sin juicios ni preguntas, pero con suficiente Fe en lo que Es.

Esto nos lleva a humanizar nuestra divinidad y divinizar nuestra humanidad, nos lleva a “vivir divinamente


Ejercicio práctico:

Busca tu espacio, céntrate en ti, en tu cuerpo, en tu respiración, no establezcas juicios ni diálogos mentales, quédate en silencio unos minutos, únicamente mirando tu respiración, sintiendo la energía de la Fe que hay dentro de ti y que te lleva a confiar y a entregarte a la guía de la Intuición en tu vivir cotidiano.

Proyecta esta fuerza desde tu centro a todos los demás y da las gracias.


Gracias por vuestra atención