RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE JOSEP Mª VILLAGRASA "LA VIDA DESPUES DE LA VIDA"

RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE JOSEP Mª VILLAGRASA "LA VIDA DESPUES DE LA VIDA" , realizada el pasado martes 24-02-09.
Comenzamos con un pequeño ejercicio de interpretación: en un mismo dibujo se podía ver la imagen de una joven o de una vieja, o algo completamente diferente. La interpretación fue muy diversa, según lo que habíamos visto podía significar ver la vieja, el pasado o tal vez la sabiduría de la vejez, si se veía la joven se podía interpretar como la mirada puesta en el propósito de vida, o quizás, dejarlo todo para mañana. Según como cada uno ve la vida, así es su interpretación. Hay personas, sobre todo mayores, ancladas en el pasado, con una memoria antigua, recuerdan el pasado más antiguo, pero no recuerdan lo que hicieron ayer; y personas jóvenes con la perspectiva sólo de futuro, la memoria de ayer parece no existir. La percepción del tiempo es muy diversa y relativa, siempre hemos buscado la explicación del tiempo en relación a nuestra vida. Desde el punto de vista fisiológico, sabemos que cuando más vivos estamos es cuando dormimos, es cuando más reacciones biológicas se producen en nuestro organismo, es curioso que de las veinticuatro horas del día, cuando dormimos, es cuando más vivos estamos, cuando la personalidad (latín-personare/mascara) no está.

Como dijo Shopenhauer, somos un proyecto de tiempo en un espacio determinado y lo que realmente mide nuestro espacio de tiempo son las emociones que vivimos, lo que realmente nos hace ricos es la capacidad de experimentar emociones, tanto para comprimir como para dilatar el tiempo.
Hay emociones que tienen el poder de dilatar el tiempo, como el miedo, la angustia, etc., en definitiva, el sufrimiento, pero no confundamos dolor con sufrimiento. El dolor, puede ser incluso dolor físico, nos hace estar en el presente, pero si racionalizamos ese dolor éste se convierte en sufrimiento, que se incorpora a nosotros haciéndonos vivir con un gran peso que incluso se puede reflejar en nuestro cuerpo físico. Lo que realmente nos enferma no es el dolor, es el sufrimiento. Sin embargo, cuando sentimos paz, amor, felicidad, o hacemos algo desde el corazón, el tiempo no existe, todo es ahora.
Seguramente, observando el titulo de esta conferencia, quizás se esperaba que se hablara de la reencarnación, pero eso también es una fantasía de un proyecto de nuestro tiempo. Si como se ha demostrado, cuando más energéticos y vivos estamos es cuando dormimos, entonces… cuando estamos despiertos, ¿cómo estamos? Y… ¿Qué somos en realidad?.. ¿Quizás somos una partícula concreta y manifestada en este espacio/tiempo, de una Onda de Conciencia Cósmica y Eterna?... Aunque cuando dormimos también nos podemos amargar la vida, depende de cómo nos hemos amargado el día, o sea que podemos estar en una permanente alteración de sueños y pesadillas; esto también es real, son momentos que encontramos en el tiempo.
Se ha hablado de vidas pasadas y experiencias místicas y esotéricas, pero en realidad ahora se sabe que no son tan místicas y que son muy exotéricas y científicas, ya que dentro de nuestros sueños, cada noche vivimos una realidad diferente, vivimos sueños que nos parecen absolutamente reales. Nuestra vida es un segmento de tiempo que se vive de acuerdo a cómo vemos nuestra propia realidad, si fuéramos escarabajos u hormigas viviríamos en este mismo espacio/tiempo, pero en realidades diferentes.
Otro aspecto del ser humano es la competitiva búsqueda de la verdad. Siempre busca la verdad, concibe la suya como la única posible y ahí comienza el conflicto, al querer convencer a los demás de que tiene razón. También hay competencia entre sexos, ya que la visión de la vida entre hombres y mujeres es completamente diferente, debido a que cada uno de ellos no tiene activadas de la misma forma las diferentes áreas cerebrales. La Conciencia se debe divertir mucho con todo esto y nos hace experimentar unas vivencias como hombres y otras como mujeres, para que así vayamos madurando. La mujer vive sus emociones como si fuera por una gran autopista, y el hombre como si fuera por una carretera secundaria. Los pechos hacia fuera de la mujer indican los vínculos muy fuertes establecidos hacia los seres a los que ha dado vida, el vínculo emocional que se establece a partir del acunamiento; la mujer lo tiene clarísimo, siempre sus hijos son lo primero, la Conciencia vive así todo esto. En cambio, en los hombres los pechos están hacia adentro, vive una densidad emocional diferente, diríamos que la mujer se embaraza con el vientre y el corazón, y el hombre se embaraza de ideas y nuevos proyectos, pero si no hay una mujer a su lado, muchas veces no los realiza; la mujer es más capaz de organizarse y vivir sola, el área emocional de su cerebro, la conciencia emocional, está más activada; en el cerebro masculino está más activo el razonamiento, la conciencia intelectual, entre los dos crearían una unidad si no existiera ese deseo de competir, cuanta más velocidad exterior, mas conflicto interior.
Y… ¿Qué es la Conciencia? La percepción cuántica científica de lo que puede ser la Conciencia, nos dice que la Conciencia es como el observador de nuestra vida; la Conciencia la podemos sentir si escuchamos nuestra voz interior que nos dice por dónde debemos movernos, o esto sí, o esto no; todos en algún momento hemos oído esta voz, si le hemos hecho caso todo ha ido bien y al contrario, si la hemos racionalizado. A esto se le llama la voz de la Conciencia, la cual es en nosotros un elemento intemporal. Si cuando hemos tenido algún conflicto, al irnos a dormir, hemos sabido desconectar de él, nos damos cuenta al despertar de que ese conflicto ha cambiado e incluso nos ha llegado la solución. Esto también se puede conseguir caminando por la naturaleza sin pensar en el problema, la Conciencia juega con todos los elementos que hay en nuestro entorno, pero juega de una forma fundamental con nuestras emociones, es como si fuéramos un huerto al servicio de unos determinados seres que nos controlan y se nutren de nosotros, unos demoníacos, que se comen las zanahorias y otros angélicos, que se comen las hojas de amapola, o sea que viven de nuestro mal o bien vivir, seguramente escogeremos todos formar parte del cuerpo angélico y no sufrir permanentemente formando parte del cuerpo demoníaco.
Para esto tendríamos que observar qué situaciones nos hacen sufrir. Eso lo podríamos descubrir realizando alguna técnica regresiva: hoy probaremos una técnica sencilla, no hace falta ir a otras vidas, sino regresar a momentos difíciles de nuestra vida actual, pero en realidad ¿hay otras vidas?, o…. ¿realidades paralelas? Científicamente por estudios matemáticos se ha llegado a la conclusión de que vivimos diferentes realidades en un mismo tiempo en diferentes planos, teniendo naturalmente conciencia diferente en cada uno de ellos. La Conciencia vive de la información, cuando nos llega información, la decodificamos y la devolvemos de alguna forma al espacio, esta decodificación naturalmente nutre aún más la fuente de información, como un ordenador cada vez con más capacidad de información archivada, lo que vemos es que esa fuente tiene entonces una información casi completa de lo que está pasando, todos hemos sentido alguna vez, como si nos encontráramos en situaciones en las que nos parece que ya las hemos vivido, o que nos pasa algo que anteriormente habíamos soñado, la sensación de estar en dos espacios a la vez o repitiendo una situación, todo esto lo vivimos de una forma muy real, ¿Qué es todo esto?
Podríamos dar explicaciones místicas o esotéricas, pero creemos que es mejor tener los pies en el suelo, ya que lo otro es muy fácil, lo difícil es mantenerse en la tierra, ya que si no hemos alcanzado un grado de comprensión suficiente, desarrelarnos de la personalidad nos hace sufrir, ¿Por qué sufrimos? El sufrimiento por los hijos es de los más importantes y en las mujeres es muy evidente y si son varones mucho más, ya que en la gestación se crea casi el doble de oxitocina que por las hembras; aunque se amen de la misma forma, la madre tendrá una tendencia hacia el varón, es la Ley de atracción. Pensemos qué es lo que nos hace sufrir y por qué…. Somos una sociedad intensamente emocional, emociones que van desde la euforia hasta la depresión, en un proceso cíclico y ansioso, cada vez más rápido, ansiedad que alimentamos constantemente. Años atrás, una persona pobre era pobre de verdad, generalmente su estatus social lo acompañaba toda su vida, se entiende pobre exteriormente, ya que una persona pobre puede ser riquísima en su interior, pero exteriormente era muy claro. Ahora vivimos una época en la que nos creemos propietarios de cosas que en realidad no son nuestras, esto nos vuelve más ansiosos y provoca en nosotros emociones tales como envidia, odio, rabia, rencor, con esta frecuencia de onda alimentamos muchos demonios.
Pero las cosas se pueden ver de otra forma y si es así ¿cuál es la realidad? Si es cierta la experiencia del espacio/tiempo, se podría vivir en diferentes espacios y tiempos, o en diferentes tiempos en un mismo espacio, o bien en diferentes espacios al mismo tiempo, esa es la Ley de la reencarnación, o sea que nuestra vida es un continuo de vidas. Personas que han vivido una experiencia postmortem han coincidido en ver esa Luz al final del túnel, sensación de bienestar y de sentirse atraídas por esa Luz. Si todas esas personas nos dicen lo mismo es que algo pasa, por lo tanto, no deberíamos temer a la muerte, ya que ésta solo es un cambio en ese organigrama general de frecuencias que es la Conciencia, la muerte sólo es el dejar un cuerpo para encontrar otro, cuesta mucho más nacer que morir... y ¿qué sentido tiene experimentar continuamente en diversos cuerpos? Los budistas lo tienen más claro en su larga experiencia meditativa. Ellos hablan de la no implicación. Como seres emocionales que somos, nos implicamos continuamente y excesivamente en las situaciones que vivimos y ahí quedamos atrapados. La implicación emocional en las experiencias favorece nuestros miedos, establecemos más vínculos, nos hacemos más densos y nos hace repetir asignaturas constantemente.
El ser humano vive arrastrando un bagaje pasado que no le sirve para nada, pero no lo abandona por miedo a que lo pueda necesitar en un futuro imaginario; creyendo que es libre, no lo es en absoluto. Ahora más que nunca, en estos tiempos de profundos cambios, tendríamos que entender esta vida después de la vida. La vida después de la vida es siempre, es la vida, es el ahora, hoy vemos las cosas diferentes de ayer. Quizás no estamos viviendo tiempos fáciles, pero podemos cambiar nuestra percepción, no hay nada peor que la estabilidad, la cual nos lleva al aburrimiento y a la falta de creatividad, tenemos infinitas posibilidades de vida diferente ante nosotros.
Las técnicas regresivas antes citadas, en general, no han llevado a un gran resultado. A veces, la persona se inventa la vivencia del personaje, otras no, pero en cualquier caso el terapeuta se da cuenta de que esa persona, de una forma u otra, necesitaba vivir esa experiencia, aunque a veces las emociones que se desencadenan se experimentan en unas secuencias que no favorecen su vida actual y así, las técnicas han ido variando y han sido dirigidas a situaciones que se viven actualmente, así se creó la espinoanalogía, técnica dedicada a resolver problemas actuales que pueden ser consecuencia de otra vida, y se puede encontrar en el subconsciente la información que ayude a cambiar el momento presente, pero tampoco sirve si no decodificamos todo lo que hemos proyectado en ese sufrimiento y lo ubicamos reordenándolo, entonces la persona cambia su visión de los hechos y siente esos cambios muy positivos en su vida, hay una sensación de liberación, de poder respirar.
Podemos realizar un ejercicio práctico de limpieza del subconsciente. Como sabemos, el ser humano es sensible a la Luz, busca la Luz, como en las citadas experiencias postmortem, hay vida, hay proceso de información después de la Luz, la Luz es lo que sana, la Luz es lo que limpia, la Luz es el objetivo, el punto de salvación, la Luz es la frontera entre lo tangible y lo intangible, pues es ahí donde debemos ir. Lo que nos hace más densos (rabia, odio, miedo, indiferencia, etc.) es lo que nos aleja más de la Luz, es todo aquello que nos hace sufrir, por el contrario lo que nos acerca son los estados de felicidad, amor, compasión, generosidad, comprensión, etc., todo constituye una frecuencia de onda que emitimos al espacio, que es recogido, decodificado y vuelve a nosotros por otro punto del que quizás no somos conscientes, esto es la causalidad.
Para realizar el ejercicio de práctica, utilizaremos Luz que la haremos pasar por el conducto meníngeo que hay en la columna vertebral y trabajaremos con el líquido cefalorraquídeo que va desde el cerebro hasta el coxis, vuelve a subir y se expande por todo el organismo. Esto también pasa a partir de nuestra aura, de toda la energía bioplasmática que tenemos y a partir de unos vasos energéticos llamados nadis. Una vez hecha esa limpieza, volveremos a observar la situación y nos daremos cuenta que se puede ver de otra forma más relajada y lo integraremos. Borraremos el programa antiguo que nos lleva al sufrimiento e instalaremos el nuevo programa que nos lleve a la paz con nosotros mismos.
No somos conscientes del Poder que tenemos, de todo lo que podemos hacer por nosotros mismos y por los demás. Una de las formas sencillas de conectar con nuestro Yo más profundo es agradeciendo constantemente, no tenemos en cuenta, o quizás nos olvidamos de agradecer, o quizás creemos que no tenemos nada que agradecer, pero si agradeciéramos cada día, el nuevo día, la vida, la salud, la compañía, la comida, la casa, etc., agradecer todo y a todos, eso le daría una nueva y más elevada vibración a lo agradecido, con lo cual la abundancia se manifestaría en todos los aspectos de nuestra vida.
Para finalizar este resumen diremos que se realizó este ejercicio colectivamente (casi treinta personas), obteniendo un buen resultado, aunque lo ideal es realizarlo individualmente. Gracias por vuestra atención.