EL ELEMENTO AGUA

Este elemento corresponde al invierno, estación de un yin extremo, de quietud y reposo, la energía se condensa y se conserva.
El agua es un elemento muy concentrado, contiene un enorme poder latente a la espera de ser liberado. Está asociado a los fluidos esenciales como la linfa, las hormonas, la médula, las enzimas, todos ellos con gran potencial de energía; su color es el negro, el cual contiene todos los colores de forma concentrada.
La forma de conservar la energía de agua es permanecer quieto y tranquilo, como en estado de gestación, ya que el excesivo calor del estrés y de las emociones excesivas disipa esa energía: el calor evapora el agua.
En este elemento de extremo yin (frío), para mantener un buen equilibrio energético, deberíamos mantener el yang de la energía protectora interna no exponiéndonos a excesivos y largos periodos de frío repetidamente y cuidar nuestra alimentación. El exceso de alimentos de energía fría (yin) hará que el cuerpo busque equilibrarse con fiebres, escalofríos y desarreglos intestinales, los cuales nos llevarán a recogernos y a aquietarnos para restablecer el equilibrio perdido.
La alimentación más adecuada en este elemento es, como siempre, la que nos da la estación y el entorno, incidiendo en las sales minerales que nos aportan los calientes y bien equilibrados caldos, sin exceso de grasas ni de producto animal. En esta estación tampoco deberíamos tomar exceso de frutas, crudos y bebidas muy yin, como cafés, refrescos, bebidas con gas, alcohol, etc., las cuales nos enfrían por dentro.
Un buen equilibrio en este elemento dará paso a un buen alumbramiento en el siguiente elemento, madera.
El riñón es el principal órgano que gobierna este elemento. Los orientales llaman a los riñones "raíz de la vida". Su vitalidad se refleja exteriormente en el estado de los cabellos y del vello corporal, así como en la capacidad auditiva.
Este elemento gobierna también las glándulas suprarrenales, la vejiga, la fertilidad, la inmunidad, los órganos sexuales, la potencia sexual, la vitalidad, etc. Un desequilibrio en este elemento tiene como consecuencia un excesivo temor y falta de seguridad, el miedo excesivo paraliza y es causa de desequilibrios en la vejiga e insuficiencia renal.

La actitud protectora del elemento agua es la entrega, la confianza. Todo comienza en agua: como el espermatozoide, hay que entregarse al desconocido óvulo superando el miedo a lo desconocido para dar paso a un nuevo ciclo. Aquí tienen cabida las frases, - ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?
La energía no muere, solo se transforma y nuestros ciclos vitales se van sucediendo mientras haya densidad que sea atraída hacia la Tierra por la fuerza de gravedad.

El miedo es la emoción negativa por excelencia. Hay varios grados de miedo: existe el miedo genético (una parte del peso que nos hace volver) que es un sentimiento común y nadie se ve libre de él, miedo a la oscuridad, a fenómenos naturales, a animales, (miedo visceral)… cuando traspasa los límites se nos produce una falsa sequedad de la garganta y bebemos mucho líquido con la consecuente afectación de la vejiga (cistitis, incontinencia, cálculos, caída del cabello, sordera) la persona deja de escucharse a sí misma y a los demás.
El temor puede ser saludable hasta cierto punto, puesto que actúa como estímulo, el problema es que el hombre teme en exceso y cuanto más posee, más miedo tiene a perder. Esta es la causa de la cantidad de apegos que establecemos. Tenemos que aprender a no apegarnos a nada, ni a hijos, ni a pareja, ni a padres,… porque el apego es miedo y es un impedimento para Amar.
Muchas veces incorporamos miedos vividos en la infancia, tanto por acciones como por ideas. Si estos se vivieron con una angustia que está por resolver, en alguna situación parecida salen disparados como una alarma. No es la situación nueva lo que nos produce inseguridad o miedo, sino la grabación anterior que todavía sigue en el disco duro, hasta que la hagamos consciente y la liberemos.
El miedo hay que reconocerlo y enfrentarlo, (el miedo se pasa, pasando miedo), respirando la sensación y cultivando la Confianza.
También las religiones son en algún momento generadoras de miedo, sin embargo encontramos en los libros sagrados muchas frases de advertencia a las que no hemos hecho caso como -no os aflijáis, --no temáis, --no os preocupéis--, pero al contrario nos hemos llenado de tabúes y temores, de ideas falsas y falsos Ídolos.

Permitidme un pequeño cuento de un libro de Anthony de Mello:
Había una madre que no conseguía que su hijo pequeño volviera a casa antes del anochecer, después de jugar y jugar. Para intentar que volviera pronto, le dijo que en el camino aparecían unos espíritus tan pronto se ponía el sol. Desde aquel momento, el niño ya no volvió a regresar tarde, pero cuando creció tenía tanto miedo a la oscuridad y los espíritus que no podía salir de noche. Entonces, su madre le dio una medalla y le convenció de que mientras la llevara consigo los espíritus no se atreverían a atacarlo. El muchacho salió a la oscuridad bien asido a su medalla, con lo cual su madre que "tanto lo quería" consiguió que además del miedo a la oscuridad y a los espíritus, el chico incorporara el miedo a perder la medalla.
En lugar de enseñarnos a confiar en nosotros mismos y liberarnos de los fantasmas, nos han enseñado s confiar en las medallas y así dependemos de ellas.
Cuando vamos siendo conscientes y nos ayudamos de la práctica de la espiritualidad que emerge del silencio interior, poco a poco nos afirmamos en la confianza, la paz, el amor, y la vida se llena de objetivos, pero sin dependencias y sin miedos.

Volviendo a observar el elemento agua, vemos que la noche es más larga que el día, lo que nos indica que debemos recogernos antes; si observamos la naturaleza y seguimos sus leyes, dentro de un margen flexible, nuestra salud física y mental se verá beneficiada.
Practiquemos ejercicio físico adecuado al momento, cuidemos la respiración y la alimentación, (alimentos de la estación y lo más naturales posible), confiemos más en nosotros mismos y en los demás, vivamos más el presente por medio de la confianza y la entrega, dejemos de controlarnos y de controlar, liberémonos del miedo y nuestro sistema renal nos lo agradecerá y la energía fluirá sin bloqueos, preparada para la vivencia del siguiente elemento.