LA CLAVE ES EL AMOR - 1ª PARTE

Resumen de la sesión de trabajo del pasado lunes 3 de noviembre de 2008.

La mayoría de los humanos todavía nos movemos en niveles muy egoicos o inferiores, que corresponden a la energía de los tres chakras mayores situados por debajo de la cintura. Eso no quiere decir que no circule también energía por los cuatro chakras mayores superiores y que, a veces, también seamos conscientes de energías muy sutiles; pero, por lo general, si observamos un día de nuestra vida, la mayor parte del tiempo estamos en la conciencia inferior. En muchas personas se observa una gran separación entre la parte superior e inferior de su cuerpo. Esto se puede percibir observando su postura y su forma de respirar, que se queda bloqueada. Aprender a respirar siendo conscientes del diafragma, puede ayudar mucho a unificar estar separación.
Este egocentrismo que observamos se debe a una programación antigua, que genera reacciones continuas de infelicidad. Se dice que cuando aparecemos en la materia traemos ya un bagaje. Como aparece explicado en los antiguos y sabios libros de los vedas (entre otros), el alma no es libre, sino que se encarna en un estado condicionado por todo lo que la humanidad ha vivido anteriormente, por todas las experiencias vividas para poder sobrevivir, represiones, temores, etc. Todo forma un paquete mental muy poderoso. Es la mente colectiva, ya venimos condicionados.
Y, a esta programación, le vamos añadiendo los patrones familiares conscientes e inconscientes de toda una saga familiar, además de tradición, cultura, etc. del lugar donde nacemos o nos criamos. Todo este equipaje tiene una gran fuerza, porque, además, nuestro cerebro lo registra como “verdad absoluta”. Así es que nos lanzamos a vivir con esta programación en nuestro disco duro.
Se dice que en un recién nacido los chakras aparecen cerrados, como el capullo de una flor, excepto el chakra base (el de la supervivencia, la conexión con la materia, su vibración es la más baja) y el chakra coronario (indica nuestra procedencia espiritual, su vibración es la más alta). Más tarde, debido a las experiencias, pensamientos y emociones se Irán abriendo los otros paulatinamente.
Siguiendo con la analogía del bebé, observamos su desarrollo: el chakra base corresponde a la seguridad, a la supervivencia, depende de los adultos para sobrevivir.
Después, el segundo centro se abrirá a la sensación, los olores, la comida, la caricia. Y más tarde el tercer chakra, identificación con la forma, emociones, pensamientos, ego,… de todo esto nos creamos una dependencia, sin la cual creemos ser desgraciados. En un niño pequeño lo aceptamos más o menos como natural, pero esta programación de los dos o tres años, continúa en nosotros y nos lleva, mientras no seamos conscientes, a la separación y al sufrimiento.


Práctica de autoconocimiento:
Observemos cómo todavía tenemos reacciones de la antigua programación adquirida al principio de nuestros tiempos: cuando, en el principio de la humanidad, nuestra vida corría un peligro inminente casi siempre,
Para esto, haremos una introspección y, como si nos viéramos en una pantalla, observaremos nuestras reacciones más comunes.
Ésta es mi forma de reaccionar aquí y ahora, la reconozco y la acepto… con amor ahora borro esa reacción y me veo a mi mismo en la misma situación, creando una nueva respuesta a esta situación. He logrado una creación, observo esta nueva respuesta y la impregno de generoso amor. Si vuelve la respuesta antigua, volveré sin culpas a la nueva visualización amorosa hasta que me libere de esta respuesta automática de inseguridad y miedo ancestral que ahora ya no necesito. Doy gracias.

Haz este ejercicio de autoconocimiento las veces que necesites y sin culpa, con plena integración.