Resumen de la sesión de trabajo del pasado lunes 26.05.08.
Cada día, al levantarnos, tenemos ante nosotros nuevas oportunidades de vida, todo es nuevo.
Después del descanso nocturno iniciamos un nuevo día (nueva vida), por lo tanto, lo primero de todo sería agradecer ese nuevo día a la vida: nos recogemos en nuestro lugar de meditación y hacemos unas respiraciones de agradecimiento, inspiramos nuevo prana y exhalamos en el aquí-ahora… únicamente, en nosotros, este pensamiento: agradezco este día (inspiro), me centro en el presente (exhalo).
Después de unas respiraciones, tomo tres decisiones:
1) decido estar alerta del mensaje que me pueda traer la vida (atención),
2) decido aceptar lo que la vida me traiga (aceptación),
3) decido estar disponible para la acción (disponibilidad).
Puede ser que a veces no tengamos suficiente confianza en que sabremos ver el mensaje, pero no hay porqué temer. Si nuestra decisión mana desde el corazón, sabremos descubrir el mensaje; si nuestro nivel de conciencia ha hecho que se abra nuestra mente, no tendremos dificultad en aceptar lo nuevo; y si creemos y confiamos en ese nivel intangible de nosotros mismos, nos entregaremos sabiendo que la vida nunca nos presentará ninguna experiencia a realizar que supere nuestra capacidad de acción, entonces confiamos y estamos disponibles. Silencio interior unos minutos y, antes de salir de nuestra meditación, hacemos tres decretos desde lo más profundo del Ser.
1) desde el centro del Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos los seres se liberan del sufrimiento y del origen del sufrimiento.
2) desde el centro del Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos lo seres experimentan la Felicidad y plantan su semilla.
3) desde el centro el Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos los seres son libres y viven en Paz, así es y así será, doy gracias.
Si creemos que ésto nos puede ayudar, pongámonos en marcha y no pongamos la excusa del tiempo, esto no nos ocupa más de diez minutos, y, si tenemos voluntad y creencia, el resultado en nuestra vida cotidiana será muy beneficioso para nosotros mismos y extensible a los demás.
Si queremos que algo cambie, comencemos por cambiar algo en nosotros.
Cada día, al levantarnos, tenemos ante nosotros nuevas oportunidades de vida, todo es nuevo.
Después del descanso nocturno iniciamos un nuevo día (nueva vida), por lo tanto, lo primero de todo sería agradecer ese nuevo día a la vida: nos recogemos en nuestro lugar de meditación y hacemos unas respiraciones de agradecimiento, inspiramos nuevo prana y exhalamos en el aquí-ahora… únicamente, en nosotros, este pensamiento: agradezco este día (inspiro), me centro en el presente (exhalo).
Después de unas respiraciones, tomo tres decisiones:
1) decido estar alerta del mensaje que me pueda traer la vida (atención),
2) decido aceptar lo que la vida me traiga (aceptación),
3) decido estar disponible para la acción (disponibilidad).
Puede ser que a veces no tengamos suficiente confianza en que sabremos ver el mensaje, pero no hay porqué temer. Si nuestra decisión mana desde el corazón, sabremos descubrir el mensaje; si nuestro nivel de conciencia ha hecho que se abra nuestra mente, no tendremos dificultad en aceptar lo nuevo; y si creemos y confiamos en ese nivel intangible de nosotros mismos, nos entregaremos sabiendo que la vida nunca nos presentará ninguna experiencia a realizar que supere nuestra capacidad de acción, entonces confiamos y estamos disponibles. Silencio interior unos minutos y, antes de salir de nuestra meditación, hacemos tres decretos desde lo más profundo del Ser.
1) desde el centro del Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos los seres se liberan del sufrimiento y del origen del sufrimiento.
2) desde el centro del Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos lo seres experimentan la Felicidad y plantan su semilla.
3) desde el centro el Ser que Yo Soy en mi, decreto que todos los seres son libres y viven en Paz, así es y así será, doy gracias.
Si creemos que ésto nos puede ayudar, pongámonos en marcha y no pongamos la excusa del tiempo, esto no nos ocupa más de diez minutos, y, si tenemos voluntad y creencia, el resultado en nuestra vida cotidiana será muy beneficioso para nosotros mismos y extensible a los demás.
Si queremos que algo cambie, comencemos por cambiar algo en nosotros.