Resumen de la sesión del pasado lunes 05.05.08.
El siguiente tema surgió ante la pregunta de qué hemos venido a hacer aquí, y a partir de la comprensión de que venimos a servirnos y a servir. La misión del servicio se hace cada vez más evidente en las mentes que comienzan a despertar.
Tal como hemos buscado hacia fuera, ahora sentimos que la búsqueda es hacia adentro, hacia aceptarnos, amarnos tal como somos, expresar nuestra creatividad desde el centro del Ser, y entonces darnos a los demás desde ese Potencial que Somos.
Sentimos la responsabilidad, el compromiso hacia nosotros mismos y hacia los demás, como un hermano mayor que ya sabe cuidar de sí mismo y puede y debe cuidar del pequeño, no porque sea menos que él, sino porque aquí y ahora le necesita. El compromiso de ayuda a los demás se establece antes de nacer.
Cuando la ignorancia (no cultural, sino de lo que realmente Somos) se diluye, el camino se “estrecha”, estamos alerta y descubrimos el trabajo a realizar de cara a nosotros mismos y a los demás, el “trabajo” aumenta.
Sin embargo, no lo sentimos como una carga, sino como experiencia gozosa de que es lo “único” que hemos venido a hacer, este trabajo se convierte en nutriente Esencial de nuestro propio crecimiento.
Sintamos qué talentos únicos hay en cada uno de nosotros, creamos en ellos, desarrollémoslos sin objetivos egóicos y, cuando logremos la plenitud de esas capacidades, entreguémoslas, dejemos que nuestra Luz estimule la Luz de otros.
¿Cuál es nuestra responsabilidad? Dejar que nuestra Luz brille.
El siguiente tema surgió ante la pregunta de qué hemos venido a hacer aquí, y a partir de la comprensión de que venimos a servirnos y a servir. La misión del servicio se hace cada vez más evidente en las mentes que comienzan a despertar.
Tal como hemos buscado hacia fuera, ahora sentimos que la búsqueda es hacia adentro, hacia aceptarnos, amarnos tal como somos, expresar nuestra creatividad desde el centro del Ser, y entonces darnos a los demás desde ese Potencial que Somos.
Sentimos la responsabilidad, el compromiso hacia nosotros mismos y hacia los demás, como un hermano mayor que ya sabe cuidar de sí mismo y puede y debe cuidar del pequeño, no porque sea menos que él, sino porque aquí y ahora le necesita. El compromiso de ayuda a los demás se establece antes de nacer.
Cuando la ignorancia (no cultural, sino de lo que realmente Somos) se diluye, el camino se “estrecha”, estamos alerta y descubrimos el trabajo a realizar de cara a nosotros mismos y a los demás, el “trabajo” aumenta.
Sin embargo, no lo sentimos como una carga, sino como experiencia gozosa de que es lo “único” que hemos venido a hacer, este trabajo se convierte en nutriente Esencial de nuestro propio crecimiento.
Sintamos qué talentos únicos hay en cada uno de nosotros, creamos en ellos, desarrollémoslos sin objetivos egóicos y, cuando logremos la plenitud de esas capacidades, entreguémoslas, dejemos que nuestra Luz estimule la Luz de otros.
¿Cuál es nuestra responsabilidad? Dejar que nuestra Luz brille.