Resumen de la sesión de trabajo del pasado lunes 21.04.08.
Este día se habló del tema de la conciencia en nuestras intenciones. La persona que propuso y expuso el tema incluso trajo un pequeño péndulo para trabajar en plan de observación.
Desde luego, éste es un tema apasionante que ya ha merecido bastantes estudios científicos y quienes hacemos meditación hemos comprobado la fuerza que tiene la conciencia cuando la intención es clara.
Cuando, a veces, experimentamos algún dolor corporal y llevamos nuestra conciencia hacia ese punto, sin hacer juicios, sin que intervenga la mente, simplemente con la observación y teniendo conciencia del dolor, estamos comunicándonos con el poder de sanación natural que hay en cada una de nuestras células.
El cuerpo nos envía mensajes constantemente, pero la mayoría de las veces o no lo escuchamos, o creemos que éstos son producto de alguna causa ajena o casual.
Es importante observar, poner conciencia en cada parte de nuestro cuerpo, sensaciones que surgen… ya que éste es el hilo conductor que nos lleva a la conexión interna.
Si desde la infancia desarrolláramos el hábito de relajarnos y observar conscientemente nuestro cuerpo, estaríamos constantemente practicando la “medicina preventiva” de la que se habla hoy día.
Sin embargo, como sabemos, toda manifestación concreta en el plano material tiene un origen mental, lo que significa que todo servirá para lo que nosotros decidamos que sirva, dependiendo de nuestra creencia más profunda (que a veces es inconsciente).
Si creemos en el poder de la conciencia y le añadimos la voluntad (conozco y quiero), el resultado es una intención manifestada, una nueva realidad. Tenemos infinitas posibilidades de realidades diferentes.
Este día se habló del tema de la conciencia en nuestras intenciones. La persona que propuso y expuso el tema incluso trajo un pequeño péndulo para trabajar en plan de observación.
Desde luego, éste es un tema apasionante que ya ha merecido bastantes estudios científicos y quienes hacemos meditación hemos comprobado la fuerza que tiene la conciencia cuando la intención es clara.
Cuando, a veces, experimentamos algún dolor corporal y llevamos nuestra conciencia hacia ese punto, sin hacer juicios, sin que intervenga la mente, simplemente con la observación y teniendo conciencia del dolor, estamos comunicándonos con el poder de sanación natural que hay en cada una de nuestras células.
El cuerpo nos envía mensajes constantemente, pero la mayoría de las veces o no lo escuchamos, o creemos que éstos son producto de alguna causa ajena o casual.
Es importante observar, poner conciencia en cada parte de nuestro cuerpo, sensaciones que surgen… ya que éste es el hilo conductor que nos lleva a la conexión interna.
Si desde la infancia desarrolláramos el hábito de relajarnos y observar conscientemente nuestro cuerpo, estaríamos constantemente practicando la “medicina preventiva” de la que se habla hoy día.
Sin embargo, como sabemos, toda manifestación concreta en el plano material tiene un origen mental, lo que significa que todo servirá para lo que nosotros decidamos que sirva, dependiendo de nuestra creencia más profunda (que a veces es inconsciente).
Si creemos en el poder de la conciencia y le añadimos la voluntad (conozco y quiero), el resultado es una intención manifestada, una nueva realidad. Tenemos infinitas posibilidades de realidades diferentes.
CREER ES CREAR