REACCIÓN O CREACIÓN?

En nuestra vida cotidiana, nuestro instante futuro depende de nuestro instante presente, lo que decidamos ahora, determina nuestro después.
Observemos estas dos palabras, que en realidad contienen la misma, sólo que cambia el lugar dónde se encuentra: REACCIÓN (acción repetida) o CREACIÓN (acción nueva, creada).

La relación con todo nuestro entorno hace que fluya continuamente información entre nosotros y los demás (personas, situaciones...) y depende de nuestra cultura, hábitos, creencias, educación, familia, colectivo… Nuestro cerebro, dependiendo de la grabación registrada, selecciona y juzga como “bueno” lo que nos produce bienestar o consideramos beneficioso para nosotros o para los demás, y selecciona como “malo”, lo que nos produce malestar o creemos que no es bueno.
Delante de una situación, surge una respuesta que puede ser siempre repetida, ya conocida por nosotros, una REACCIÓN. Y si somos conscientes de ésto, nos damos cuenta de que estamos dando vueltas sin llegar a ningún sitio, como un hámster en su rueda.

Cuando observamos y abrimos nuestra mente a la realidad de que nuestras respuestas están condicionadas por nuestros hábitos y creencias y, además, nos retienen en el sufrimiento, entonces podemos instalar un nuevo programa en nuestras mentes. Lo que consideramos bueno o malo está condicionado por nuestras creencias y en todos nosotros son diferentes, pero todo es relativo, y, si queremos cambiar algo que nos hace sufrir, tendremos que decidir cambiar esas respuestas repetidas, ese camino viejo, y elegir crear una respuesta diferente, una CREACIÓN.

Cuanta más CREACIÓN pongamos en nuestras vidas, mejor nos sentiremos con nosotros y con nuestro entorno. No elijamos nada que nos haga sufrir, moldeemos nuestras creencias y abrámonos a la VIDA.