LA VOLUNTAD

Hay personas que temen la observación hacia el interior.
Frecuentemente, en las reuniones de grupo, se oyen diversos comentarios, los cuales tienen mucho que ver con barreras que nos ponemos antes de comenzar o con justificaciones al terminar: -yo no sé relajarme-, -no puedo, soy muy nervioso/a-, no puedo dejar de pensar-, -esta postura me molesta-,-me mareo, me da vértigo-... o bien después de realizar la sesión: -me he dormido-, -he sentido un fuerte dolor-, me molestaba alguien tosiendo o moviéndose o cualquier sonido-, o bien -he visto colores o estrellas o algo celestial - …

No hay que preocuparse por todo esto. La mente busca mil trampas para seguir controlando, tanto si nos resistimos, como si estamos pacíficamente en las nubes, estamos dejando que la mente siga dominando.
Si de verdad sentimos que queremos iniciar este camino de crecimiento interno, debemos echar mano de la VOLUNTAD.

La VOLUNTAD está por encima de la mente, es la que nos hace mover, es el “HÁGASE” de la Biblia. Al principio nos puede ayudar mucho hacer meditación en grupo, sobre todo si éste se enfoca hacia el AMOR INCONDICIONAL, hacia la INTEGRACIÓN y hacia la UNIDAD.
En los grupos de trabajo se multiplica por infinito la suma de las VOLUNTADES y eso nos da cada vez más CONFIANZA.